Los primeros cristianos eran unos tipos que a pesar de todo vivían felices, lo tenían todo en común, y esa felicidad y ese compartir era lo que gustaba a sus coetáneos. Hoy los cristianos son un grupo heterogéneo, con personas individuales muy abnegadas y respetables, pero los que mandan están a partir un piñón con los que con más ahinco defienden el sistema capitalista en todo el mundo. Lo contrario del compartir ¿No creen? Ahora no hay oferta de felicidad, sino amenaza de no recibir la comunión.
Comentarios
Me ha encantado la última parte del artículo:
"La Iglesia, en sí misma es una dictadura endogámica en la que el Papa nombra a los obispos “digitalmente”. Y lo peor es que tienen la seguridad absoluta de ser los poseedores de la Verdad, con mayúsculas, y eso es el germen de una dictadura. Porque, claro, nos miran a los demás, en el mejor de los casos, como unos pobrecitos que estamos equivocados, cuando no enemigos de su Verdad y merecedores del fuego eterno. A mí, esta gente me preocupa."
#1 Al fin y al cabo los candidatos de toda lista electoral también se nombran digitalmente, y además se cambian a voluntad cuando interesa, una vez la lista ya ha sido votada, con lo cual nuestra democracia también es digital y no por lo moderna sino por lo endogámica.
#2, no todas las listas de todos los partidos políticos son nombradas a dedo. En muchos partidos se presenta quién quiere para los distintos cargos, y son las bases las que eligen mediante votaciones con qué candidato se quedan.
#1 Sí. menuda verdad verdadera tiene la curia.
Machistas manipuladores de mentes que basan su dogma de fe en la falacias, favorables a la pena de muerte, magufos delincuentes, defensores de regimenes dictatoriales, ideólogos que pretenden hacerse con el poder mundial... los líderes ideales para emprender una revolución que cambie el mundo, sí, soldaditos de la fe... teocratas... faraones, califas y ahora papas... Para salir corriendo y no parar del miedo que dan estos hipócritas.
Bueno, mejor que salir corriendo es enfrentarse a ellos, no dejarles que se salgan con la suya.