Publicado hace 13 años por Rechonchogarfield a nosesimeexplico.com

C&P El conocido periodista Carlos Carnicero, colaborador de La SER y TVE realiza un análisis de la increíble amistad entre Pedro J. Ramírez y Zapatero, señalando además como se fraguó el nacimiento del diario "Público" o como los amigos del presidente le engañaron para que participase en el programa 59 segundos. Original en http://67.15.157.4/~ccarnice/?p=422

Comentarios

D

No, si la culpa de toda va a ser ahora de Pedro J.

R

#2 Lee el artículo, vale la pena, no tengas prejuicios, luego si quieres vota negativo, te sorprenderá el escrito.

D

#3 no lo he leído... no tengo ganas de perder el tiempo con cualquiera de estos dos mindunguis

R

Alucinante:

"En una entrevista de las muchas que tuvimos entonces, Miguel Barroso me pidió, “de parte del presidente”, un favor muy especial: que participara asiduamente en un programa que se iba a llamar “59 segundos” (naturalmente producido en los primeros y largos tiempos por su íntimo amigo Contreras) , en donde se iba a dar entrada a la derecha más dura, para demostrar la diferencia de talante de Rodríguez Zapatero en la utilización de la televisión pública. Cómo siempre la bonhomía del presidente tenía retranca.
La frase textual que empleo conmigo el secretario de comunicación fue esta: “El presidente y yo creemos que el único periodista que le puede parar los pies en ese programa a Pedro J. Ramírez eres tu”. Ciertamente un halago referido a una disputa con uno de los periodistas más temidos de este país por la forma en la que utiliza la información como un estilete para su conveniencia.
Yo por aquel entonces vivía en La Habana y la petición de hacer dos programas consecutivos al mes en “59 segundos” entorpecía gravemente mis proyectos, pero por otra parte, tener un cara a cara con el periodista que yo considero más amoral de este país tenía para mi un gran atractivo. Hervía entonces la conspiración organizada por El Mundo alrededor del 11-M y todavía estaba reciente la petición expresa del voto a favor de Mariano Rajoy del director de El Mundo en plena jornada de reflexión en la que Pedro J. insistía que el autor de la masacre de Atocha había sido ETA. (consúltense, por favor, las hemerotecas)
Accedí con dos condiciones. La primera, que yo me pagaría los viajes desde La Habana para que nadie aduciera trato de favor. Y la segunda, que mi retribución por participar en el programa tenía que ser exactamente la misma que la del director de El Mundo. Dije que esa era una cuestión de principios innegociable. Que no me importaba la cantidad sino la equidad. Si se trataba de desguazar dialécticamente a Pedro J. me parecía irrenunciable que la retribución fuera la misma. Así se me garantizó.
Entonces no sabía yo que ya se había iniciado el idilio entre Pedro J. y Zapatero., con Barroso como Celestina. Como el secretario general del PSOE, que es obvio recordar que era diputado en el Congreso cuando explotó el asunto del GAL, nunca se ha considerado solidario con el partido que heredó de Felipe González, su acomodo a la amistad con Pedro J. no ofreció reparos morales. Muchos socialistas con edad suficiente entenderán a lo que me refiero: Pedro J. hizo todo lo que estuvo en su mano y más, para en convivencia con Baltasar Garzón tratar de que el presidente constitucional de España, Felipe González, acabara en prisión.
Comenzó el programa y cumplí mi parte. Tengo que decir que la disfruté y que aquellas discusiones en antena con quien tanta capacidad tenía y tiene para decir una cosa y la contraria me produjeron muchas satisfacciones personales. Y además, ver a Pedro J. llegar con sus guardaespaldas, en coche blindado, mientras yo llegaba en un taxi, alimentaba en mi una especie de vocación de David frente a un Goliat de los medios de comunicación. Me sentí cómodo en aquellas broncas que sinceramente creo que casi siempre gané por goleada.
Ocurrió que me enteré un día que después de una discusión memorable sobre la utilización que del 11-M hacía El Mundo, al salir del programa, Pedro j. Ramírez se dirigió, como tantas veces después, a cenar mano a mano con el presidente de Gobierno. Y yo me enteré porque en este Madrid de alcahuetes no hay secretos que cien años duren.
Y yo me dije a mi mismo: basta de que yo me bata dialéctica con el director de El Mundo, que es para mi la manifestación menos respetable del periodismo más amarillo, y que el presidente del Gobierno y Miguel Barroso le den puntos de sutura y cariñitos en La Moncloa. Me sentí utilizado y decidí salir de esa situación sin escándalo, en silencio y sin dar otra explicación de que no me apetecía seguir asistiendo al programa. Tuve muchas llamadas para que reconsiderara mi posición pero es evidente que no lo hice.
Y hasta allí llegó mi participación en ese programa en el que recibía una importante cantidad de dinero por cada participación. Eso si, un año después de abandonar el programa -y por lo tanto sin que tuviera ninguna relación con mi decisión de retirarme- me enteré de que Pedro J. Ramírez cobraba tres veces más que yo. Ni en eso fue honrado Miguel Barroso. Mintió en todo lo que me dijo. Hasta me engañó en la única condición que puse."

R

"Los amigos de Barroso y de Fernández siempre están en la pole position del poder de Zapatero. Pero esa es otra historia de cómo los amigos de Zapatero se han hecho ricos en la cercanía del poder que podré contar otro día."

hamahiru

El enlace directo desde el blog de Carlos Carnicero: http://67.15.157.4/~ccarnice/?p=422
Por cierto, es un post del 15 de Junio.