Hace 12 años | Por Nuri a laverdad.es
Publicado hace 12 años por Nuri a laverdad.es

Juan Iborra, un joven empresario de 33 años, se llevó el mayor disgusto de su vida hace dos semanas, cuando encontró el chiringuito que regenta destrozado y saqueado por un ladrón arrepentido. Éste, además de robarle casi todo lo que tenía, le dejó una nota en la puerta pidiéndole perdón por lo que había hecho y explicándole las razones que le habían llevado a asaltar el locals: «Lo siento mucho, pero con esto puedo dar de comer casi una semana a mis hijos, aunque ya sé que esto no es una excusa para robar. Espero que entienda mi situación».

Comentarios

D

Por desgracia esto se va a ser el pan nuestro de cada dia.

D

En el fondo hay varios tipos de ladrones.

Los que lo necesitan realmente como este hombre, y otros en la misma situacion.

Y los que lo necesitan necesariamente como los politicos.

D

Me ha recordado a una canción de boikot...

Diez años tardó, el sistema judicial,
en tenerte que juzgar, porque nuestra sociedad,
castigando sin piedad, te quiere rehabilitar
en ti nadie se fijó, y el tiempo que pasó,
lo empleaste en trabajar, ahora que eres un ciudadano,
totalmente integrado, al que se debe castigar
Así saciaremos nuestra sed, nuestras ansias de poder,
encarcelando una vez más, Así saciaremos nuestra sed,
nuestras ansias de poder, encarcelando una vez más
soy un preso más, y robé por necesidad,
volvería hoy en día a robar, se aprende mucho más,
si el derecho a trabajar, se aplicara de verdad,
el derecho a una vivienda, y a vivir con dignidad,
que os olvidasteis de enseñar, nunca es tarde sr. juez,
para pararse a pensar, porque tuve que robar
Así saciaremos nuestra sed, nuestras ansias de poder,
encarcelando una vez más