Granada, santuario y lugar de peregrinación para los amantes de lo sonoro, de la música en todas sus vertientes, se está convirtiendo, desde hace ya varios años, en un triste y desaliñado borrador de lo que fue. Considerada por muchos, la Ciudad de la Música, muy mayúscula, muy abierta a nuevos grupos y a actuaciones en directo, se está viendo machacada por unos pequeños diablos, de color azul.
Comentarios
Me parece muy frívolo usar la palabra enocdo tan alegremente.