Los españoles están enfermos porque pasan de todo. Su enfermedad es gravísima, y su cura limitada y perentoria. Para sanarse sólo necesitan reconocerse. La última encuesta realizada por el CIS (después de las elecciones generales), sobre la valoración de los líderes políticos, participación en manifestaciones, huelgas y sobre los comportamientos éticos en el consumo, es poco o nada halagüeña.
Los españoles en general no sé como están, pero yo estoy hasta las bolas de manifestarme, protestar, patalear, ser honrada, ayudar a los demás y no ganar nada. Bueno sí, gano que encima me señalen con el dedo, que me quede sin trabajo por no participar en corrupciones o en hundir a un compañero, que los más inútiles y los fracasados escolares de mi promoción se saquen oposiciones como si se hubieran vuelto listos de repente y yo me volviese gilipollas... Eso gano: miseria. El país que tenemos es el que tenemos, no hay más. Aquí a la gente le va la delincuencia y, o te apuntas al carro, o mejor vete preparando para llorar, porque esto no se cambia. Eso es lo que estoy aprendiendo en estos últimos años.
#3 Momentos de rabia tenemos todos y hemos usado menéame para soltarnos. No todo está perdido, hace menos de 80 años, un pueblo se levantó en armas contra el fascio golpista, republicanos chapuceros y delegados de la URSS. La CNT en el 36 tenía 3 millones de afiliados (España tenía menos de 23 millones de habitantes), y sólo quería eso, acabar con toda forma de poder establecido y con el capitalismo... No olvidemos a los compañeros del POUM tampoco...
Somos hijos de nuestra historia, el 15M se organizó al más puro estilo anarquista y no fué mal, el primer intento de dar voz a todos, el primer laboratorio de múltiples ideas, debates y confrontación social. Dale tiempo, sigue acudiendo, sigue participando, sigue siendo crítica... no esperarías que encontráramos nuestro camino a la primera, pero quien sabe, algún día puede que vuelva a salir el sol...
Ajá. El 50% de los españoles nunca ha participado en una manifestación y el 58% nunca ha comprado o dejado de comprar un producto por razones políticas o éticas, y eso les convierte en unos enfermos. Además, buena parte de nuestra imbecilidad es por culpa de, oh sorpresa, el fútbol y la televisión.
Otro iluminado repitiendo los mantras casposos de siempre que trata de fingir ser ingenioso.
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Los españoles en general no sé como están, pero yo estoy hasta las bolas de manifestarme, protestar, patalear, ser honrada, ayudar a los demás y no ganar nada. Bueno sí, gano que encima me señalen con el dedo, que me quede sin trabajo por no participar en corrupciones o en hundir a un compañero, que los más inútiles y los fracasados escolares de mi promoción se saquen oposiciones como si se hubieran vuelto listos de repente y yo me volviese gilipollas... Eso gano: miseria. El país que tenemos es el que tenemos, no hay más. Aquí a la gente le va la delincuencia y, o te apuntas al carro, o mejor vete preparando para llorar, porque esto no se cambia. Eso es lo que estoy aprendiendo en estos últimos años.
#3 Momentos de rabia tenemos todos y hemos usado menéame para soltarnos. No todo está perdido, hace menos de 80 años, un pueblo se levantó en armas contra el fascio golpista, republicanos chapuceros y delegados de la URSS. La CNT en el 36 tenía 3 millones de afiliados (España tenía menos de 23 millones de habitantes), y sólo quería eso, acabar con toda forma de poder establecido y con el capitalismo... No olvidemos a los compañeros del POUM tampoco...
Somos hijos de nuestra historia, el 15M se organizó al más puro estilo anarquista y no fué mal, el primer intento de dar voz a todos, el primer laboratorio de múltiples ideas, debates y confrontación social. Dale tiempo, sigue acudiendo, sigue participando, sigue siendo crítica... no esperarías que encontráramos nuestro camino a la primera, pero quien sabe, algún día puede que vuelva a salir el sol...
No son enfermos, son infectados...
Ajá. El 50% de los españoles nunca ha participado en una manifestación y el 58% nunca ha comprado o dejado de comprar un producto por razones políticas o éticas, y eso les convierte en unos enfermos. Además, buena parte de nuestra imbecilidad es por culpa de, oh sorpresa, el fútbol y la televisión.
Otro iluminado repitiendo los mantras casposos de siempre que trata de fingir ser ingenioso.
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