Para comparar si el cerebro de unos y otros funcionaba igual, se "fotografió" su actividad al escuchar 200 grabaciones de audio (voces humanas, ladridos de perros, sonido de ambiente y silencio). La comparación de las imágenes tomadas por resonancia magnética permitió ver que existían similitudes entre las 22 personas y los 11 perros estudiados. En ambas especies, las mismas zonas del cerebro variaban al cambiar la emoción transmitida en la pista de audio.
Comentarios
yo siempre he sido muy perro
La única cosa que envidio a los perros es la autofelación. Anda que iba a casarme yo si tuviera esa similitud.
! Guau ! pues no lo sabia la verdad.
#2 te iba a oler pero paso.
En el caso de Rajoy, los científicos, no han sabido hallar las diferencias.