En primer lugar, quisiera aclarar que no soy experto en la materia y tan solo pretendo transmitir mi opinión, por si invita a la reflexión o al debate constructivo. Los artículos que he leído recientemente me han animado a pararme a pensar y a escribir estas líneas. De esta forma nos podemos dar ideas unos a otros para forjar opiniones teniendo en cuenta distintos puntos de vista.
Encuentro muy interesante la situación política actual en España, ya que dependiendo de lo que ocurra en los próximos meses, creo que hay dos posibles escenarios muy diferentes. Por defecto, parece que Ciudadanos tomará el relevo del PP, con políticas similares en muchos aspectos, quizá más liberales, y muy posiblemente dando prioridad a intereses de multinacionales frente a medidas sociales. Otro escenario posible es que la izquierda acierte en su estrategia, y sobre todo a nivel táctico, para ganar la confianza del votante indeciso.
En principio, la derecha lo tiene más fácil para ganar las próximas elecciones, ya que representa mejor (o favorece) a los poderes económicos, que controlan gran parte de los medios de comunicación. Además, a lo largo de muchos años, ha podido crear una estructura potente en muchos ámbitos, dominada por el sectarismo y el “amiguismo”, ganando control sobre las instituciones. Por desgracia, en España en general, favorecer a amigos y familiares a costa de terceros se valora más que el ser coherente y fiel a unos principios.
El aparente continuo descenso de Podemos según algunas de las últimas encuestas puede deberse en parte a una maniobra política, pero en cualquier caso, la fuerte y continuada presión mediática para intensificar sus puntos débiles y minimizar sus méritos sin duda ha dado su fruto. Un ejemplo de ello, es el hecho de que aún se les culpe de que el PP haya terminado gobernando, a pesar de que el PSOE se apresurara a pactar con Ciudadanos para protegerse de un hipotético pacto con Podemos.
Muchas veces tendemos a simplificar, y me da la impresión de que al menos un 50% de la gente se queda con mensajes simples, como por ejemplo: “la derecha es mejor para la economía”, “la izquierda española está relacionada con regímenes comunistas, que siempre han fracasado”, o “lo privado es más eficiente”. La derecha y sus medios afines, especialmente la televisión estatal, se encargan de repetir determinadas ideas y frases como mantras para que calen bien en las masas.
Se tiende a pensar en el reparto de la riqueza de forma simplista, como si se tratase de una tarta o unos caramelos a dividir entre un número de personas; pero la economía es más compleja. Si se ayuda adecuadamente a los más desfavorecidos, a los parados, a los dependientes..., será mejor para la sociedad, y en general será también positivo desde un punto de vista económico. No soy defensor de esta perspectiva economicista, ya que soy partidario de medidas sociales por igualdad de oportunidades, solidaridad o justicia, pero la realidad es que incluso desde un punto de vista más o menos egoísta, probablemente es más interesante para la sociedad. Según muchos economistas, una sociedad más o menos igualitaria es mejor para la economía que la desigualdad extrema, como la de España en este momento. Aunque, de nuevo por la tendencia a la simplificación ayudada por los medios, muchos verán este argumento como una apología al comunismo y dirán que así les ha ido en Cuba o en Venezuela, sin profundizar ni tener en cuenta las circunstancias de cada caso. Muchas veces se ha difundido la idea de que los gobiernos de izquierdas son peores para la economía, basada en determinados casos particulares. Un sistema de igualdad total sin incentivos puede disminuir la productividad, pero utilizar este argumento para todos los casos de gobiernos de izquierdas es una generalización simplista y errónea. De esta forma, también se ha querido defender lo privado frente a lo público, para justificar privatizaciones. Pero la realidad es que lo privado no tiene por qué funcionar mejor; lo público (o lo estatal) también admite recompensas e incentivos, y sobre todo, la empresa privada en general busca fundamentalmente maximizar sus beneficios, con los riesgos que ello conlleva en materias como Sanidad o Energía. Sin duda, es necesario proteger al ciudadano para que su salud no se convierta en un producto, en parte de un negocio. Lo que se ha vendido como una búsqueda de eficiencia ha sido a menudo un negocio para beneficio personal (o de amigos y familiares), para enriquecerse o para garantizar su trabajo en el futuro. Tampoco se debe –en mi opinión- tener miedo a poner condiciones razonables a bancos, compañías energéticas y otras grandes empresas, ya que más peligroso es ceder siempre e incondicionalmente.
En estos momentos, para una gran mayoría de la gente en España, lo más importante de la labor del gobierno y sus consecuencias, posiblemente sea el trabajo y la economía. La buena gestión a nivel estatal, autonómico y local es fundamental y puede tener muy notables consecuencias. Así lo han demostrado gobiernos como el de Madrid y Barcelona. Sin embargo, aunque muchos ciudadanos sean conscientes de ello, la izquierda no ha logrado que la gran mayoría tenga un conocimiento de hechos y resultados, para comparar el gobierno actual con el anterior.
De nuevo por simplificación, pero también por errores de la izquierda – creo yo-, los acontecimientos en Cataluña (con la torpe gestión del PP) han favorecido a Ciudadanos porque se ha llegado a una situación en la que parecía haber tan sólo dos posibilidades o posiciones: pro o contra independentismo. El referéndum pactado defendido por la izquierda, era en mi opinión la mejor vía. Si este mensaje hubiera sido más claro e incisivo, y hubiera llegado a todo el mundo, y si no se hubieran cometido ciertos errores que llevaron a pensar que Podemos era pro-independentista, entonces muchos votantes lo habrían premiado. Sin embargo, la defensa del referéndum pactado no fue valorada, y se llegó a una situación en la que Ciudadanos representaba la posición no independentista. Una idea simple para las masas, que no tuvo en cuenta que no conocieran los datos del paro.
El sonado reciente caso del famoso máster va a tener consecuencias políticas. Mucho más allá de los hechos en sí, deja patente que no nos gobiernan personas quizá con pocos escrúpulos pero muy válidas, sino que en muchas ocasiones han llegado a puestos de trascendencia gracias a una red de favores que ha ascendido a personas de dudosos méritos, pero presentadas como lumbreras. Ya no es sólo la falta de principios y la banalización de la mentira, sino que estos hechos desmoronan la confianza en los buenos gobernantes y gestores. Visto que no pestañean al mentir, es difícil estar seguros de que normalmente digan la verdad. Sin embargo, si la izquierda no juega bien sus cartas, la consecuencia será tan solo un trasvase de votos del PP a Ciudadanos.
Se tiende a consultar los medios más afines a la ideología de cada uno. Por eso, si se quiere cambiar la opinión de otros, es importante tener presencia suficiente en otros medios, como ocurre por ejemplo en los debates pre-electorales en televisión pública.
En mi opinión, si la izquierda quiere ganar las elecciones, debe transmitir de forma muy clara y muy simple (y en los medios adecuados) una serie de ideas simples que lleguen a todo el mundo. Ideas tales como que ya hay ejemplos de buena gestión con hechos y consecuencias sociales y económicas; que hay modelos en la Europa nórdica con políticas sociales igualitarias de izquierda que funcionan y son similares al modelo que se propone; que con la buena gestión se crea empleo (de verdad); que con lo que se obtendría al combatir el fraude fiscal, al reducir partidas como Defensa, al no rescatar incondicionalmente a autopistas y bancos, sino imponerles condiciones… se puede proteger y potenciar la Sanidad y la Educación…, etc.
Mucha gente vota según principios o valores más que por intereses, pero también hay una gran parte de la población cuyo voto no es incondicional a la derecha o a la izquierda, y depende de su opinión basada en impresiones de qué es lo mejor para su interés personal o para el interés general. El votante incondicional de la derecha no va a cambiar. Pero si se consigue cambiar la imagen que se ha creado de la “nueva izquierda” en los últimos años, con mensajes simples para llegar al votante que no quiere profundizar en la complejidad política y económica, sino que simplemente quiere que le ayuden a solucionar sus problemas, la izquierda podrá recuperar la confianza. Desde mi punto de vista, sólo así la izquierda podrá ganar las próximas elecciones y representar a la mayoría. Sin duda, no será tarea fácil, porque en estos momentos tiene en su contra a los principales medios, eficaces expertos en crear opiniones.
Comentarios
El autor peca de muchas ideas prejuiciosas en mi opinión.
En el tercer párrafo habla de los medios de comunicación, pero se olvida que por ejemplo La Sexta o Cuatro están dedicados casi en exclusiva a dar caña al PP. ¿Cuánta información han proporcionado acerca de los juicios de los ERES en Andalucía o cuánta acerca de las sospechas sobre la financiación del PSPV y del Bloc?
En el 3er párrafo habla también de "los poderes económicos". Decir eso y decir nada es exactamente lo mismo.
En el cuarto párrafo parece que dijera que Podemos no ha podido llegar a más por "la presión mediática para intensificar sus puntos débiles", como si al resto de partidos no les afectara eso. Hay prensa más afín a unos y más afín a otros. Es lo que hay. ¿No será que también han cometido errores? ¿No será que sus ideas no gustan a la mayoría?
Dice "Muchas veces tendemos a simplificar, y me da la impresión de que al menos un 50% de la gente se queda con mensajes simples". Esto pasa también en la izquierda. Lo que pasa es que por puro sesgo pensamos que los nuestros no son mensajes simples, y sí lo son los del resto. En política, y más ahora, los mensajes simples son la base de la propaganda. Pensar que sólo los demás hacen uso de esas técnicas me parece inocente como poco.
En los siguientes párrafos parece como si usara como argumento, que le podríamos acusar de comunista. Lo mismo lo es o lo mismo no. Pero eso no es un argumento.
En el tema de Cataluña usa la autocrítica. Eso está bien. Lo que pasa es que luego nos dice que el referéndum es la solución. Y aquí veo un problema (y no es porque no esté de acuerdo con esa solución). Si esa es la solución, ¿por qué absolutamente nadie ha intentado promoverlo de una forma legal? Ya respondo yo: porque la gente no lo quiere.
Luego nos suelta: "En mi opinión, si la izquierda quiere ganar las elecciones, debe transmitir de forma muy clara y muy simple (y en los medios adecuados) una serie de ideas simples". Esto ya está pasando. Esto de hecho lleva pasando desde hace años. Y es precisamente lo que YA no funciona. Podemos llegó muy lejos por hacer precisamente eso. Pero precisamente por seguir haciéndolo y por abusar de ello, está donde está.
¿Mi opinión? Si la izquierda quiere gobernar en los próximos años, más Psoe y menos Podemos. Y os lo dice alguien que no vota a ninguno de los dos.
#6 Muchas gracias por la crítica. Intento ser más o menos objetivo, pero es posible que tenga prejuicios porque es muy difícil ser imparcial en política. Estoy de acuerdo con que no todos los medios están a favor del PP, pero en las últimas elecciones generales creo que marcaron la diferencia, por el control sobre TVE (televisión pública) que es lo que mayoritariamente ve una gran parte de la población y un alto porcentaje de gente de edad avanzada que votó al PP.
En cuanto a “los poderes económicos”, admito que no fui muy preciso. Me refiero a quienes controlan gran parte de la economía y a quienes no les interesan ciertas medidas, como impuestos “más progresivos” o que se les pongan más condiciones, como posiblemente haría Podemos y no Ciudadanos.
Respecto a la presión mediática, puedo equivocarme, pero no me parece comparable la campaña que se ha realizado contra Podemos con la presión a los demás principales partidos. Por supuesto que han cometido errores y creo uno de los principales ha sido dar pie a que los ataquen por ser demasiado transparentes en sus discusiones internas, como ocurrió en Vistalegre. En el PP el debate interno es casi nulo y probablemente les favorezca. Este creo que es un punto importante, porque me parece positivo que haya debate y distintas opiniones dentro de un partido, pero creo que en la izquierda hay demasiadas discusiones internas cuando en lo básico se está de acuerdo. La pregunta “¿No será que sus ideas no gustan a la mayoría?” es muy buena. Yo pensaba que lo fundamental que proponen sí gustaba a la mayoría, pero no gustaba lo que se ha vendido de ellos. Ahora me lo estoy cuestionando...
Personalmente no estoy de acuerdo con que más voto al PSOE ayude para que la izquierda gobierne. Pueden cambiar, pero últimamente no me parece que representen el pensamiento de izquierda. Con todo el respeto a los votantes del PSOE, creo que la mayoría de sus votos son de personas más o menos de izquierdas que tradicionalmente los han votado y que no confían en Podemos por miedo a que las cosas vayan peor si gobiernan. Aunque ahora que llevan tiempo gobernando en algunos lugares, creo que esto está cambiando.
Estoy algo decepcionado por los escasos “meneos” pero seguramente es síntoma de que el artículo es peor o menos interesante de lo que a mí me parecía. No obstante, me alegra que haya quien lo lea y sirva para debatir. Después de repensar, y gracias a los comentarios, sigo pensando que los medios (y los mensajes simples) siguen jugando un papel fundamental, pero creo que la izquierda puede ganar mucho terreno por la vía de la politización (como señalaba McLovin ) y ganando confianza a nivel municipal y autonómico, si hacen las cosas bien.
Con una chaqueta de pana, dejándose el pelo largo y diciendo que va a traer el pogreso a Andalucía.
#2 jeje, pues no está tan desencaminada la teoría, sólo que hoy en día ese estilo evoca en la gente atraso, corrupción y crisis económica, Lo que en su día se manifestó como imagen de rupturismo y progreso. Ahora más bien parece que lo que vende progreso es el look televisivo de "éxito" sonrisa profident y estilo de vida de anuncio de coca cola. Solo hay que ver a los cabeza visible de Ciudadanos y P$.E, figurines de atrezzo. Eso es lo que nos espera...
#4 Creo que el deslavado de cerebro es más constructivo pero también más ambicioso en el contexto en el que estamos y no lo veo del todo claro... Estoy de acuerdo con el sentido de populismo entendido en el sentido propio del término y en un aspecto positivo. Creo que el hecho de tratarlo de esta forma por mi parte responde a que ahora mismo se entiende como algo malo por la gran mayoría y esto es evidencia de que el adversario se ha apropiado de este marco del lenguaje. La cuestión estaría o bien en disputar el término o bien aceptar que lo has perdido y buscar la vía de desviar la atención siguiendo esta estrategia.
La vía de politización creo que opera más a nivel individual en el sentido de despertar conciencias y de hacer a las personas más críticas, más que lograr grandes cambios por el colectivo. La cuestión es saber, tras ese despertar del individuo, cuál será la solución que le atraiga más? quién le dará respuesta? en quién deposita su voto?
Un análisis brillante. Me parece que la descripción de lo que representa la izquierda y la derecha es muy acertada, y estoy de acuerdo punto por punto sobre la reflexión de la economía y de cómo su crecimiento y sostenibilidad están intrínsecamente ligados a una sociedad más igualitaria.
Este es un punto muy importante y del que no mucha gente es consciente. Si le va bien a todo el mundo o tienes las condiciones propicias para ello (en un sentido amplio), a mí probablemente también me irá bien, seguro encontraré mi sitio. En cambio, si dividimos a la sociedad entre los que les va extremadamente bien, los que se mantienen a flote y los que están en el abismo, entonces necesitamos creer por necesidad en el ascensor social y en la lógica del “sálvese quien pueda”, porque nadie quiere caer en el abismo. Como bien dices, sólo por puro egoísmo, es preferible una sociedad igualitaria que vivir con miedo de lo que tenga a mi alrededor.
El punto principal del artículo del que difiero, que es justo la base de éste, sobre la hipotética solución de qué debe hacer la izquierda. Cómo bien apuntas, la izquierda es derrotada por la percepción que tiene la mayoría de la población de lo que ésta representa o por la de sus representantes, los partidos políticos. Esta percepción proviene principalmente de lo que se ha dado en llamar “sentido común”, y no es más que el imaginario colectivo que se ha ido forjando a través de los años por de la experiencia colectiva, las vivencias individuales pero principalmente a través de las creencias culturales. Las creencias no se fundamentan en la razón, o en el análisis objetivos de los hechos. Simplemente crees en algo, no lo cuestionas.
Este sentido común se ha construido, a mi entender, a través de las producciones culturales, y éstas están a su vez muy condicionadas por los medios de comunicación y de difusión. Es decir, la opinión de la mayoría de la población se fundamenta sobre lo adquirido o asimilado a través de los medios y canales oficiales que han sido capaces de crear lo que es “sentido común” y lo que no.
Pues bien, es lo que ya sabemos, que los medios de masas y no la masa son los que ostentan el poder. Dicho lo cual, lo que yo creo errado es pensar que la solución está en lanzar mensajes constructivos y fundamentados en esos mismos medios de comunicación. Lo creo errado porque la gran mayoría de la gente no va a hacer análisis verdaderamente críticos sobre los hechos o discursos, simplemente se va a seguir aferrando a sus creencias. De lo que tenemos que hablar es de cómo manipular sus creencias. (Creo que ya apuntas esto cuando hablas de enviar mensajes simplificados y más efectivos).
No hay que convencer a los que ya están politizados, a los que tienen sentido crítico, a los que están bien informados, sino a los creyentes en el dogma televisivo. Por eso creo que Podemos fue todo un acierto, la hipótesis populista demostró ser muy eficaz. En mi opinión Unidos Podemos debería seguir en esa misma línea, si no más agresiva aún. El resto de los partidos políticos ya lo hace, de una manera descarada y terriblemente efectiva. De hecho, los partidos conservadores de media Europa, incluidos Ciudadanos y PP en España, están robando el discurso de los partidos populistas de derechas, como el Frente Nacional en Francia o UKIP en Reino Unido y les está funcionando muy bien. Utilizan su discurso y luego consiguen maquillarlo en los medios para darle ese toque de “seriedad y razón” que tanto les funciona.
El dilema está en lo que se gana y lo que se pierde con esta estrategia. Puedes ganar a parte del electorado creyente, pero perder a los que están informados y son críticos, pues verán tu opción como un engaño y que forma parte de lo que ya existe.
En mi opinión son necesarias dos vías, la populista televisiva y la agitación social, entendida esta última como la politización de la sociedad en todos su sectores. Cuando la gente se organiza, se reúne, se manifiesta y en definitiva empieza a informarse y ser crítica, enseguida encuentra una solución de “verdadero sentido común”, que es a mi entender lo que ofrece la izquierda.
#1 Muchas gracias por el comentario y crítica.
Más que "manipular sus creencias", prefiero verlo como un "deslavado de cerebro". Estoy de acuerdo con las dos vías, aunque creo que la nombrada populista televisiva (y de periódicos digitales e incluso redes sociales) aún puede ser constructiva. El término populismo suele ser peyorativo y tener connotación negativa, y se asume que el discurso pretende atraer a la gente para conseguir el voto, sin cumplir luego las promesas. Pero también se puede entender con su sentido positivo, buscando gobernar para "el pueblo" y no para las élites. Es decir, el discurso populista se puede tratar de cumplir. Aunque entiendo que hay un punto en el que, para ser más efectivo para la mayoría, se puede en efecto defraudar a los informados y críticos. Creo que el discurso debe ser en cierto modo populista, pero sincero. La segunda vía de agitación social o politización también creo que es muy importante aunque de momento -por desgracia- tiene mucho menos impacto.