Un crematorio en la ciudad austriaca de Graz se incendió cuando intentaba incinerar el cuerpo de una mujer con sobrepeso. El cadáver de la mujer, que pesaba más de 200 kilos, bloqueó los filtros de ventilación del horno, elevando la temperatura hasta los 300 C. El problema reside en que “la grasa es un combustible de lo más incendiario, y cuando se ha quemado el cuerpo, ésta sigue ardiendo, y no es fácil apagarlo”, aseguran los especialistas.
Comentarios
Aquí hay troleo fijo..
¡Haberlo pedido "poco hecho"!
En vez de una urna, te dan un círio.
¿Dónde está Tyler Durden cuando se le necesita?
Ya se sabe el dicho: no hay más grasa que la que arde
Liposuciones a muertos se acaba el problema.
Como el Cid; da igual que esté muerta que sigue dando batalla.
A la próxima que la incineren "poco a poco".
Es una de tantas formas de quemar... la grasa
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