En 1918, cuando todavía no se había liquidado por entero a las fuerzas anarquistas, decidieron llevar aquel pretendido comunismo hasta sus últimas consecuencias. Mayakovski declaró abolida la propiedad privada. Tomarían, okuparían. Y así sucedió. En marzo, junto a sus colegas, también futuristas, Kamenski y Burliuk, ambos igual de escandalosos que él, se hicieron con un restaurante de Moscú. El dueño, enloquecido, fue invitado a discutirlo con el Soviet, pero mientras tanto ellos montarían allí un local autogestionado.
Comentarios
"Aunque caminaban de la mano de la revolución, que llegaría unos pocos años más tarde, adelantaban por la izquierda a la mayoría de sus compatriotas. Sus manifiestos y textos, sus obras de arte, despedían a una fe inquebrantable en el futuro y la utopía. Eran ásperos, virulentos, agresivos".
Por favor @Bat00Io , pon la duplicada. (Espero que no sea la del vídeo)
Al fin y al cabo, tampoco hay tanta diferencia, para nosotros los futuristas son los de Mad Max.