Hace 3 años | Por --630730-- a mediavod-lvlt.rtve.es
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Venecia, madrugada del cuatro de marzo del año de nuestro señor de 1678. La ciudad duerme, está en calma, sólo alguna góndola con embozados amantes se desliza por las aguas oscuras de los canales. De pronto se siente algo extraño en el ambiente. Los perros comienzan a ladrar y ahullar excitados, las gaviotas levantan el vuelo desde los tejados vociferando excitadas. Los gatos se escabullen a sus escondrijos, mientras que las ratas nadan por los canales en busca de refugio. La brisa ligera se transforma ahora en excitado vendabal, y un...

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Venecia, madrugada del cuatro de marzo del año de nuestro señor de 1678. La ciudad duerme, está en calma, sólo alguna góndola con embozados amantes se desliza por las aguas oscuras de los canales. De pronto se siente algo extraño en el ambiente. Los perros comienzan a ladrar y aullar excitados, las gaviotas levantan el vuelo desde los tejados vociferando excitadas. Los gatos se escabullen a sus escondrijos, mientras que las ratas nadan por los canales en busca de refugio. La brisa ligera se transforma ahora en excitado vendaval, y un extraño y grave bramido se mezcla con la algarabía de las gaviotas. De pronto la ciudad entera comienza a temblar. Las casas se agitan, se mecen las fachadas. Las calles se llenan de voces de los hombres, llantos de los niños y gritos de las mujeres. Es un temblor, es un terremoto. En la casa de Giovanni Battista en el campo de San Giuseppe, su mujer Camilla Calicchio grita aún más fuerte, acaba de romper aguas y las violentas contracciones y el agudo dolor es la señal inminente de que el parto es inminente. En medio del caos se hace llamar a la comadrona que acude nerviosa. En la casa todo se agita, los libros caen de los anaqueles, los candelabros se tambalean y las partituras vuelan por los aires. Las gaviotas, los alaridos por las calles, la parturienta, el extraño olor, las oraciones de las mujeres y el llanto de los niños. Todo es confusión mientras la tierra y las aguas siguen agitándose, haciendo temblar a toda la ciudad. Giovanni Battista el conocido violinista de San Marcos, sujeta el candelabro iluminando la escena. Acompasando los gritos y el temblor de las paredes, su mujer Camilla, hace esfuerzos para que el niño venga al mundo. Ya asoma la cabecita, en medio de la sangre y las aguas, los gritos, el vaivén de las paredes y los objetos caídos; con un último grito y un esfuerzo final, surge envuelto en una tenue pelusilla azul, el cuerpecillo del bebé. Su primer llanto se mezcla con los aullidos de los perros y el griterío de las gentes. Haciendo un coro sublime con el que se detiene de pronto el estremecimiento de la tierra. Todo retorna a la calma, los temblores se interrumpen, se hace el silencio. Los padres felices contemplan a su primogénito. El niño se llamará Antonio, Antonio Lucio y llevará con orgullo el apellido de su padre y será conocido por su música. Es el cuatro de marzo de 1678 y en Venecia de este modo acaba de llegar al mundo Antonio Vivaldi

arawaco

Con razón las cuatros estaciones empiezan en primavera. Ya todo tiene sentido

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#2 La primavera es el comienzo del resto. No puede haber caídas de hojas en otoño, si no hay hojas verdes en verano y que nacieron en primavera.

arawaco

#3 hoy aprendí algo más