La zapatilla de paño es el símbolo supremo de la felicidad posible, de la armonía, del bienestar, del estar a gusto, de la calma, el sosiego y el encanto de la vida doméstica. Un hombre arrastrando sus zapatillas de paño por el pasillo de su casa, en tránsito equilibrado y dichoso entre la alcoba y el comedor, es el paradigma de la vida bella, la ataraxia y el control de las ambiciones imposibles y los deseos irrealizable. Las zapatillas de paño no son un calzado, sino un síntoma de seguridad y un termómetro de la autoestima.
Comentarios
El mayor glamour radica en bajar la basura con esas mismas zapatillas de paño.
#1 El glamour radica en recibir a tus invitados en zapatillas y pijama y no vestirte en toda la velada hasta que decidas que ya vas lo suficiente cocido como para ir de bares.
Ese ha sido el sello indiscutible de todas mis celebraciones en casa desde que tengo uso de memoria.
En mi casa nunca faltan unas.
#2 Mis dieses, entonces.
Las zapatillas de casa son un estado del alma. Cuando estoy de vacaciones en el pueblo voy a la panadería en pijama y zapatillas y nadie te mira raro.
Discrepo en algo, eso de arrastrar los pies va a ser que no. Tú ve lo comodo que quieras pero los pies los levantas al andar.
No sabía que unas zapatillas de paño pudieran dar tanto juego como para un articulo. Hay que admitir que el autor es un crack.
#2 Eso se hace en albornoz sin ná debajo. El pijama es de pijos
#7 Antes de leerlo pensaba votarlo irrelevante, pero si, hay que reconocer que el autor se lo ha currado.
#1 No hay mayor glamour que olvidarte que las llevas puestas e irte a trabajar.
#7 #9 Sí, es una pena que sea AMI/AEDE.
Voto negativo.
#8 El albornoz es poco práctico, sus abultadas mangas tienden a tirar copas cuando vas un poco piripi, sin embargo, el pijama, o en su defecto la camiseta de "Supermercados Gadis" combinada con el pantalon de chandal (que no nos engañemos, si no consumes heroina eso es el pijama obrero) es un traje de gala práctico, cómodo y sobre todo elegante.
Muy fan de las zapatillas de paño. Las últimas me las compré en Amazon, que también las vende.
#2 Es más, no concibo estar en mi propia casa con ropa de calle. Lo primero que hago cuando entro en casa es ponerme el pijama, sea la hora que sea.
#10 Más de una decena de veces he aparecido por la ofi en pantuflas porque ya estaba demasiado cerca como para dar media vuelta al coche. Al final opté por tener siempre en el coche un calzado "normalito" de reserva.
Otro gran momento glamour es que te pare la guripa y te haga bajar del coche cuando las llevas puestas...
Con obsolescencia programada, me temo.
El respaldo del talón no aguanta erguido lo que se espera de el.
Y en este caso el mal de muchos no es consuelo