Hace 5 años | Por irdnas a labrujulaverde.com
Publicado hace 5 años por irdnas a labrujulaverde.com

Es un poco triste que el nombre de Emily Rosa haya caído en el olvido y, en cambio, siga siendo habitual encontrarse el de la terapia cuya falsedad demostró, pero ya se sabe que hay campo abonado para la hidra, no de siete sino infinitas cabezas, que es la pseudociencia en sus múltiples variantes. Así que reivindiquemos aquí a esta niña que, además, fue la persona más joven en publicar un artículo de investigación, en una prestigiosa revista médica hace dos décadas.

Comentarios

Pinchuski

#1 2007, 2009 y 2011.
Cada uno que menée aplicando su criterio con sentido común.

Ripio

#4 Entonces, ademas de duplicada es cansina y antigua.

D

#3 Si esos jóvenes que hablas te dan igual, pues nada, serán gilipollas el día de mañana, como está mandado. Ya se sabe que el número de gilipollas crece cada día y no puedes hacer nada; la única pega es que vivimos en democracia y claro, tanto gilipollas explica la situación actual.

Si no te dan igual, pues ya les explicas tú aparte que el que hablaba era gilipollas, y que vean la luz, y aprendan a "observar los peces dorados".

D

La pseudociencia tiene una labor social muy importante que no es conveniente obviar.

El reiki, la homeopatía, las flores de bach y demás son un gran y casi infalible detector de gilipollas de gran utilidad y calidad. Si alguien te habla de estas cosas y las usa o defiende ya no hay más que hablar. No te canses, no discutas, añádelo a la lista de gilipollas y sonríe apaciblemente mientras te habla, como el que observa plácidamente un estúpido pez dorado en una pecera.

Puede ser hasta hermoso/a, pero estúpido/a no cabe la mayor duda.

D

#2 De acuerdo contigo, pero......
¿Qué hacemos cuando ese gilipollas o gilipollos (que suelen ser de ambos dos sexos) está en una reunión donde hay niños o jóvenes (y jóvenas) influenciables?

Termino peleando con esa gente. Sé que llevo las de perder pues la lógica y la ciencia no pueden hacer nada contra estos especímenes (ni especímenas). Mi único consuelo es la posibilidad de que, al menos, uno de esos niños/jóvenes quede inmunizado contra esas tonterías