Tras la batalla de Jemmingen, que enfrentó en 1568 a los rebeldes holandeses con el ejército de la Monarquía Hispánica que dirigía el duque de Alba, cuyos Tercios se impusieron totalmente, el bronce de los cañones capturados se fundió para hacer una estatua del duque. Ubicada en Amberes, medía 5 metros y su autor fue Jacques Jonghelinck, pero al final el gobernador Luis de Requesenes ordenó retirarla, ya que humillaba a los holandeses y retratarse en vida era una prerrogativa real (ni siquiera Felipe II tenía una allí).
Comentarios
Buena historia.
Reverte seal of approval...
#2 ...masculló el mastuerzo
La historia la escriben los vencedores...
Ni siquiera Felipe II tenia una alli. La casa de Alba siempre ha sido mas grande que la casa Real, tenian mas medios que ellos para las guerras.
Lo que molaría es que aún estuviese.
Los actuales leones del congreso de los diputados, tambien estan hechos de fundir cañones enemigos. Lo digo como anécdota.
https://es.m.wikipedia.org/wiki/Leones_del_Congreso_de_los_Diputados
Veo que eran gilipollas, en vez de fundirlos y usarlos contra el enemigo, qué tal? Españoles por el mundo...