En los últimos meses gracias a los procesos de vacunación se está observando una mejora en los distintos índices de salud mental. Las vacunas tienen un efecto directo sobre el bienestar psicológico de los individuos que son vacunados, al disminuir el riesgo de contraer el COVID-19 y la severidad de la enfermedad, y un efecto indirecto a través del descenso en el número de infectados y la relajación de las medidas de confinamiento y movilidad.
#1 Siempre es importante tener algo en qué creer. Y como es farragoso ponerse a mirar qué cosa uno puede creer lo más práctico es tener a alguien que te ahorre el trabajo, con la carga de preguntas e incertidumbres que eso conlleva, quita, quita. Es decir, delegar la tarea en una persona con autoridad: ella nos dirá qué creer, nos dará motivos para creer y esperanza.
Es curioso que lo consigan con un producto desarrollado a contrarreloj, con la cifra más alta de efectos adversos de la historia de las vacunas (si es que las de ARNm pueden considerarse tal cosa, por cierto), con nuevos efectos adversos que aún se están descubriendo, con propaganda, no información, en todos los frentes sobre sus bondades, con blindaje económico total de la farmacéutica ante los daños que su producto pudiere provocar, con el ninguneo a cualquier otro producto que pueda resultar una mínima competencia y con la fe ciega de que el producto maravilloso va a poder con todas las variantes habidas y por haber. Me quito el sombrero... bueno, la verdad es que no llevo, lo que llevo es un gorrito de papel de aluminio, pero si ellos pueden llamar a eso "vacuna" yo puedo llamar sombrero a lo mío sin problemas, oye.
Comentarios
Incluso entre 18% de la población que se declaraba reacio a vacunarse en Otoño de 2020, el 70% aceptó vacunarse en cuanto tuvo la oportunidad
Tontos pero no locos. Reacios, reacios, pero se vacunan por si acaso...
Relajar las medidas de seguridad es la auténtica salud. O bueno... Vosotros ya me entendéis, ¿no?
Esto está muy bien, porque si por una extraña casualidad no acabasen funcionando muy bien contra el virus, por lo menos tendríamos felicidad
#1 Siempre es importante tener algo en qué creer. Y como es farragoso ponerse a mirar qué cosa uno puede creer lo más práctico es tener a alguien que te ahorre el trabajo, con la carga de preguntas e incertidumbres que eso conlleva, quita, quita. Es decir, delegar la tarea en una persona con autoridad: ella nos dirá qué creer, nos dará motivos para creer y esperanza.
Es curioso que lo consigan con un producto desarrollado a contrarreloj, con la cifra más alta de efectos adversos de la historia de las vacunas (si es que las de ARNm pueden considerarse tal cosa, por cierto), con nuevos efectos adversos que aún se están descubriendo, con propaganda, no información, en todos los frentes sobre sus bondades, con blindaje económico total de la farmacéutica ante los daños que su producto pudiere provocar, con el ninguneo a cualquier otro producto que pueda resultar una mínima competencia y con la fe ciega de que el producto maravilloso va a poder con todas las variantes habidas y por haber. Me quito el sombrero... bueno, la verdad es que no llevo, lo que llevo es un gorrito de papel de aluminio, pero si ellos pueden llamar a eso "vacuna" yo puedo llamar sombrero a lo mío sin problemas, oye.
#3 Si lo explicas muy bien, pero inmunidad a la razón sí que han desarrollado
#3 Puedes creer a los científicos o a un payaso antivacunas. Cada uno es libre de elegir.
#6 El único payaso que merece mi credibilidad es el de "micolor".