Hace 2 años | Por filosofo a lavozdegalicia.es
Publicado hace 2 años por filosofo a lavozdegalicia.es

Las cacas callejeras son un problema porque tienen parásitos que pueden afectar a los humanos. Hay mucha gente que no las recoge, se quedan en los parques o incluso en las calles y cualquier niño puede entrar en contacto con ellas. Y hay que tener en cuenta, en el caso de los parásitos, que como el humano no es el hospedador habitual, no se desarrollan hacia la fase adulta, se mantienen como larvas, migran por todo el cuerpo y pueden quedarse en el hígado, en un ojo...

Comentarios

anor

#11 pero los aros para impulsarse están a muy poca distancia del suelo y por lo tanto se llenan de mierda. Supongo que nunca has visto las campañass de discapacitados para concienciar de este problema

BM75

#12 Pues no había visto ninguna.
Si es así, mi solidaridad total con ellos.

anor

#13 gracias. Cómo se explica en este artículo la distancia entre lado y la rueda es muy pequeña y entonces es inevitable mancharse la mano de mierda porque el dorso de la mano roza la rueda

D

Hay gente que no solamente recoge la mierda de los perros, sino que caga también en la calle:

D

Toda la vida se ha cagado en tierra y de paso abonar las plantas. Está mujer es demasiado moderna.

D

Que las entierren. Las plantas lo agradecerán

MrAmeba

Somos un poco haters con todo. hace 20 años la calle estaba llena de cacas y habia menos perros en las casas, ahora apenas se ven y hay muchos más perros..Obviamente todavía quedan irresponsables qué no las recogen y deberían ser multados, pero tampoco creo que sea justo generalizar

anor

Y quién lva en silla de ruedas a menudo acaba con la caca en las manos, pero no pasa nada porque son ciudadanos de cuarta categoría

BM75

#7 Los que van en sillas de ruedas no tocan las ruedas para impulsarse.

andando

Entonces recomiendan no recoger ninguna deposición no?

vilgeits

Joder, ni cagar en la calle nos dejan. Como si todo el mundo tuviera váter en casa.

Tsuki1978

Y ya no digamos cuando cagan y mean en el arenero donde juegan los niños en el parque. No veas

G

El alcantarillado, el saneamiento, la canalización de los vertidos fecales humanos es uno de los grandes logros de la salud pública y, junto a las vacunas, la medida que más ha contribuido a la salud de la humanidad.

Pero ahora, una costumbre absolutamente oligofrénica ha establecido que mientras que los orines y heces humanas deben controlarse férreamente en aras de la salud de la población, si son de perros da igual que las ciudades estén regadas de sus meadas y sus mierdas.

Son montañas de mierda las que cada día siembran en nuestras calles y plazas los cerca de 7 millones de perros que hay en España. Que hay más perros que niños.

Que por cierto, por muy bien que el dueño recoja la mierda, quedan restos en la acera que hacen que todo dios lleve bacterias fecales de perro en sus zapatos. Y la orina ya ni te cuento, que ni aún queriendo puedes recoger.

Mierda, o los restos de la mierda recogida, que no solo se pega a los zapatos, sino que la seca se transforma en polvo que inhalamos. O sea, literalmente, la mayoría de la población española respira heces de perro. Y come heces de perro si ingiere alimentos que están al aire libre durante el tiempo suficiente. En mayor cantidad cuanto más cerca estés de lugares donde se reúnen perros, o de parques y jardines. Y sobre todo lo sufren los niños, que son los que más frecuentan éstos últimos. El que no las conozca, que busque las decenas de enfermedades, desde parasitarias a víricas, que transmiten las heces de los perros.

Permitir que diariamente toneladas de mierda y meadas de millones de perros se esparzan por los espacios públicos compartidos con humanos es un problema de salud pública que hay que abordar. No, no es una cuestión de educación ni de civismo, es un problema de salud.

Un absurdo y, sobre todo, un comportamiento delirante y contrario a cualquier coherencia en la salubridad humana que antes o después, dejará de hacerse. Y que cuando ya no se haga, nos parecerá aberrante haber permitido, como ahora nos parece aberrante que hace siglos las meadas y mierdas humanas se arrojasen a la calle desde las ventanas. Es sencillamente un despropósito que no cabe en cabeza de ningún ser con dos dedos de frente. Pero tenemos que vivir así porque está establecido que es lo normal.

Anormalidad que tardará en abordarse y corregirse porque aún no hay conciencia del problema ya que la ignorancia es supina. Pero llegará, claro que llegará, como se va llegando y arrinconando a todo aquello que afecta a la salud. Y los perros deberán hacer con sus excrementos lo mismo que los humanos hacemos con los nuestros, echarlos por el sistema habilitado para ello: el inodoro.

(me repito más que el ajo)