Aunque ya no hiciese nada más en ese terreno (y, créanlo, no tiene la menor intención de quedarse quieto), Carles Tamayo pasaría a la historia del periodismo de investigación de este país como el hombre que consiguió infiltrarse en El Palmar de Troya. Este natural de El Masnou, provincia de Barcelona, de 27 años fue palmariano (de pega) por unos días, acólito eventual de la secta que tanto protagonismo tuvo en la crónica negra de la España de los ochenta, cuando la lideraba Clemente Rodríguez, el célebre papa Clemente.
Comentarios
En Sevilla le llamaban el Palpar.
Palmar dinero.
Pero si el artículo no dice nada sobre el palmar...
A Sevilla los guiris vienen a El Palmar,
a ver a su papa y a su puta catedral
Juventud, qué lejos quedaste
Llamadme totalitario, pero yo las mierdas de las sectas las prohibía. O al menos sacaría a los niños de ellas, aunque eso significase quitarles a sus padres la patria potestad.
El problema es que el Opus Dei la iba a montar gorda.
#3 yo tb, el problema es que la diferenciación real entre secta y religión es muy fina y no se si obligar a un gran % de las personas de todo el mundo a hacer sus ritos en clandestinidad sería bueno
#3 Pues es tal cual eso. Conozco a un licenciado en derecho al que en la facultad un profesor les explicó "extraoficialmente" que en España no se endurecían las leyes contra las sectas porque entonces afectaría al Opus Dei.
Pide registro.
En contenido en
pues como todas las sectas.
Esto de autoproclamarse Papa está de puta madre...
#10 Pues ha habido un montón a lo largo de la historia, algunos hasta reconocidos por la Iglesia Católica
https://es.wikipedia.org/wiki/Antipapa