Hace 9 años | Por wanakes a jotdown.es
Publicado hace 9 años por wanakes a jotdown.es

(...)La violencia, efectivamente, estaba en todos lados, más o menos soterrada y frente a la violencia, el insulto era incluso deseable. Porque el caso es que la Demencia insultaba, por supuesto. A veces con ingenio y a veces sin el más mínimo. Yo recuerdo un partido en el que a Antonio Martín le tocó lanzar dos tiros libres y a alguien no se le ocurrió otra cosa que gritarle «Iba borracho, Fernando iba borracho» a pleno pulmón, en referencia a su hermano recién fallecido, idea que nos pareció maravillosa y que repetíamos a cada falta personal"

Comentarios

Zaperman

"Pensar que no hay diferencia entre la navaja, la bola de acero y la garganta es estar en otro mundo."

Gran verdad. Gran artículo.

JohnBoy

«lo hemos intentado pero ha sido imposible»

Qué bien resume esa frase el cómo se hacen muchas cosas en este país (y supongo que en otros) Hipernormativizamos todo hasta el delirio, hasta puntos en los que es imposible hacer cumplir lo legislado, porque además no se dota de medios el control de las normas, ni se vela luego por su cumplimiento.

Eso sí, cuando pase algo (que pasa) utilizamos esas normas para llevarnos por delante al primero que pase, para acallar el clamor social. O si no, creamos normas aún más estrictas y más dificiles de hacer cumplir. Lo importante es reunir comités y dar un par de titulares y poner cara de agobio.

M

Pues claro que no parece normal que para pasarlo bien y desconectar se tenga que ir a insultar y cabrear a alguien. ¿A caso disfrutáis con el dolor ajeno?

Claro que hay diferencias entre las violencias y los odios, pero es que poniendo el ejemplo que dice el artículo "las pelotas de acero" o "las armas arrojadizas" ya se persiguen (o se deberían perseguir si os queréis poner críticos) dentro del estadio, pero los insultos no y de esos insultos dentro del campo se pasa a la formación de grupos que se auto-justifican entre sus miembros y en la calle pasa lo que hemos visto.