Hace dos años sus voces resonaron, en idioma ixil, dentro de la sala de audiencias. Más de 90 testimonios narraron masacres, asesinatos, bombardeos... Lograron una sentencia, pero luego, tras un fallo de la Corte de Constitucionalidad, la sentencia fue anulada. A la espera de que el debate se reinicie, los testigos ixiles han empezado a fallecer; conforme pasa el tiempo muchos testimonios podrían desvanecerse.. “Por cada hecho de violencia —masacres, violaciones, quema de viviendas, asesinatos, persecuciones— en contra de las comunidades, hay..
Comentarios
La impunidad absoluta y vergonzosa es la tónica general en muchos países de América Latina.
Como siempre ha habido un malo al que echarle la culpa de todos los males, antes Cuba y ahora Venezuela, qué poco se ha hablado de Guatemala o El Salvador. De la Colombia del narcoestado, aunque ahora se atisbe una brizna de luz. Del golpe de estado de Honduras que disculpó la prensa de medio mundo. De los aterradores niveles de corrupción de México. De los desplazamientos de miles de indígenas por el petróleo en Ecuador...
Todo estos son noticias como de segunda fila porque a los medios les interesa. Siempre nos quedamos con la noticia-espectáculo y nos ponemos la venda para no ver que no solo el Estado Islámico comete atrocidades.
#2 Y esa impunidad no solo es tónica general en América Latina: el genocidio franquista todavía es puesto en duda por muchos en España, muy lejos siquiera de la esperanza de que algún tribunal abra una causa por esos crímenes.
El testigo número 14, Pedro Chávez Brito, es uno de los que falleció tras dos años de esperar su regreso a los tribunales para rendir, de nuevo, su testimonio. Con la mano alzada ante el tribunal, el 20 de marzo de 2013, dijo: “el 4 de noviembre de 1982, los ejército llegaron a la aldea Sah Sivan”. Su madre, ese día, fue la primera en morir, de un disparo en la cabeza. Con sus hermanas, él había logrado esconderse en el interior de un temascal. Una gallina que huía de los soldados, del fuego de las casas, de las balas, delató su lugar de resguardo al entrar de pronto dentro del temascal. Los soldados que seguían a la gallina tomaron a una de las hermanas de Chávez Brito y la golpearon, la arrastraron, la violaron y la arrojaron al fuego. “Aún no tengo claro cómo sobreviví”, declaró entonces, con la voz entrecortada.
No tengo palabras...¿ como puedes hacerle esto a tu propio pueblo?
Es la prosperidad mongolibegal. Democracia, paz libertad y armonía para todos (los que paguen).
Soy abogado y viví casi cuatro años, del 2003 al 2006 en el país ixhil, a mí me gustaba llamarlo así, (aunque también se le conoce como zona ixil o triángulo ixil [esta última denominación era la utilizada por el ejército durante los 80]) trabajando con una organización formada por exguerrilleros y población desplazada, primero como voluntario y después como coordinador de un proyecto de resolución extrajudicial de conflictos y fomento de las leyes de descentralización subvencionado por la Unión Europea. Ha sido la época más feliz de mi vida, y sin embargo, fue la época también en la que viví las situaciones más duras con las que me he encontrado. Ambas cosas no son contradictorias, por supuesto. Durante esos tres años y pico me dio tiempo a trabar muy buenas amistades, que luego no he prolongado activamente, pero eso no quita que sean buenas amistades y que todavía, aunque la mayoría ya sin contacto, las continúe considerando presentes y vivas. Conforme esas amistades se afianzaban, mientras trabajaba allí, mis compañeros ixhiles (y quichés y ladinos que también los había, aunque la mayoría eran ixhiles)te iban explicando más y más cosas de los peores años de la violencia, finales de los 70, principios de los 80, los grandes hechos, pero tambien las experiencias más personales. Y no sólo ellos, en mi trabajo como mediador en la resolución de conflictos muchas veces estos tenían su origen en la época más cruda de la violencia y además estaban las excavaciones en busca y recuperación de los cadaveres de las víctimas de la violencia armada (no era mi campo, pero a veces me implicaba en ellas pues también trabé amistad con el joven equipo de psicólogos y antropólogos forenses capitalinos que trabajaban en ellas)para devolvérselos a sus familiares y que pudieran darles una sepultura digna. Los relatos que escuché de esos años, las pruebas que se desenterraban (fosas comunes donde yacían 50 o 60 cadáveres, la gran mayoría de mujeres y niños, con los cráneos aplastados, matados a culatazos, cuando no quemados vivos o ametrallados) eran verdaderamente escalofriantes, casi increibles porque no te cabe imaginar que existan hijos de la gran puta de ese calibre. Recuerdo que, cuando ya estando en BCN, lei la noticia de que un tribunal guatemalteco había condenado a Ríos Montt por crímenes contra el pueblo ixhil me puse a llorar como un niño, no podía parar de llorar, creí que la "JUSTICIA", esa gran bicha en la que ya había perdido la fé hace taantos años, por fín tenía algo de real, no era un imaginario, una palabra vacía. Pero fue una broma, una caricia en el lomo para que te relajaras y bajaras las defensas y entonces poder asestarte una patada en el hígado. La JUSTICIA, así en mayúscula, no existe, como no existe dios ni papa noel. Son conceptos irreales en los que las personas depositamos vanamente nuestras esperanzas, seguramente por debilidad propia. Yo eso ya lo sabía, por supuesto, por eso me dedico a los derechos chiquitos, las justicias chiquitas, las logrables, pero esa vez me engañaron y creí que era posible. Pero no,Ríos Montt morirá en la cama de viejo, como murió también Fernando Romeo Lucas, loco pero tranquilo en su cama en Venezuela, protegido por Chávez que siempre se negó a extraditarlo. Y así, perdiendo prácticamente siempre los mismos, lleva desde siempre la historia transcurriendo.
Buen artículo, gracias por subirlo
#5 Te votaría positivo cien mil veces, uno de los mejores comentarios que he leído jamás en mnm. Gracias.
#5 gracias a ti por este gran comentario con experiencia propia..