La acusaciones de los Demócratas de Suecia contra el multiculturalismo seducen a Södertälje, donde reside una gran población de origen extranjero. La formación podría ser el segundo partido en las elecciones legislativas de hoy
#4:
#2 Es que ése es el problema de la extrema derecha. Tú eres un señor de raza blanca de 50 años, currante de toda la vida que se queda en paro y/o ve como su barrio de toda la vida degenera en un "sálvese quien pueda" y te dan dos opciones.
Unos llegan y te dicen que si te quejas eres racista, que eres privilegiado y debes deconstruirte y revisar tus privilegios, y que vamos a acoger más gente que recibirá las ayudas que tú podrías necesitar mientras tienes que asumir un multiculturalismo muchas veces incompatible con los valores de tu país, pero que si te quejas eres xenófobo.
Y luego tienes a otros que fingen preocuparse por ti, que dan premisas ciertas "pero si usted decide instalarse aquí, debe tener la ambición y el deseo de convertirse en uno de nosotros" lógicas vilipendiadas por los primeros, pero que esconden conclusiones y actuaciones fascistas. Y ése el el problema, que el discurso falso de la extrema derecha funciona porque dice muchas verdades encajadas con mentiras más o menos burdas, pero que dotan al discurso de cierta coherencia en su estructura y suponen la respuesta a los problemas, mientras que la izquierda - o lo que dice serlo- sólo sabe negar la realidad y tratar a sus votantes como idiotas.
#1:
Un familia de origen jordano pasa delante del stand del partido de extrema derecha Demócratas de Suecia (SD), en Södertälje, ciudad industrial situada a 30 kilómetros de Estocolmo. Beata Milewczyk, la cabeza de lista loca, saluda calurosamente al entrenador de fútbol de su hijo. Antes de lanzarse a un discurso de dediabolización de su partido: “Yo también inmigrante. Yo no quiero expulsarme a mí misma del país!”, dice, riéndose, esta mujer de origen polaco
Los SD esperan convertirse en el segundo partido del país después de las legislativas del domingo, con una intención de voto entre el 17 y el 24% según los sondeos, justo después de los socialdemócratas. Éstos, en el poder en coalición con los Verdes, temen obtener el peor resultado desde hace un siglo, alrededord del 25%. Suecia a acogido, en 2014 y 2015, un número acumulado de 250 000 demandantes de asilo, un récord. La inmigración, que no formaba parte de las cinco primeras preocupaciones de los electores en las elecciones de 2010, figura ahora entre las tres primeras, junto con la sanidad y con la educación.
Beata Milewczyk comparte el stand con Aspnak Mansy, joven mujer copta de Egipto llegada a Suecia en 2011 y que se ha unido a los SD desde hace tres meses. Como ellas, más y más Suecos de origen extranjero (nacidos en otro país o cuyos dos padres son nacidos en el extranjero) sostienen al partido de extrema derecha, del 2% en 2014 al 12 % este año. Las cifras son sorprendentes para un partido que desea limitar el derecho de asilo y poner fin a los que llegan ahora. “El debate público ve a los inmigrantes como un único grupo, pero muchos de ellos están bien integrados y perciben la inmigración más reciente como una amenaza”, explica Osten Wallbeck, especialista en estas cuestiones.
La villa de Södertälje ilustra esta heterogeneidad. Los cristianos refugiados de Oriente Medio representanl una tercera parte de la población y el 53% de los habitantes son de origen extranjero, venidos en olas después de los años 70. Es también una de los municipios del condado de Estocolmo en los que SD recibió más votos en 2014. “Los que acaban de llegar no quieren aprender sueco, se relacionan entre ellos, sólo se aprovechan del sistema”, sostiene Aspnak Mansy. “Los SD no son anti-inmigración, pero quieren ocuparse primero de los que ya están aquí”.
“Hogar del pueblo”
Jimmy Akesso, el líder de SD, hace distinción entre buenos y malos inmigrantes, y antiguos y nuevos. “ En nuestro “hogar del pueblo” moderno, usted puede venir sin importar de dónde, pero si usted decide instalarse aquí, debe tener la ambición y el deseo de convertirse en uno de nosotros”, ha declarado, ralla al lado y con una sonrisa este verano. El concepto de hogar del pueblo, “Folkhemmet”, es el pilar el partido socialdemócrata y se ha convertido en el símbolo del estado protector. Al apropiárselo, Akesson presenta un partido como el salvador de un sistema que en delicuescencia, cuyo enemigo él ha definido: el multiculturalismo. “El estado protector está basado en la homogeneidad cultural. Suecia ha intentado combinar dos cosas incompatibles: el multiculturalismo y el estado protector”, sostiene Linus Bylund, antigua mano derecha de Akesson. Según el investigador Keith Branting, esta idea no se sostiene: la mayor parte de estudios sugieren que el impacto de las políticas multiculturales sobre el estado protector es pequeño.
La retórica de los SD parece en todo caso funcionar, en tanto que capitaliza la inquietud creciente de los Suecos sobre la caída vertiginosa de su sistema educativo en la clasificación internacional y las colas de espera más y más largas en la sanidad. “El partido a tenido éxito en asociar la inmigración al estado actual del modelo social sueco”, nota Ann-Cathrine Jungar, especialista sobre la extrema derecha en los países nórdicos.
Estrategia de aislamiento
Esta nueva identidad permite ocultar los orígenes de los SD. La última semana, una encuesta revela que ocho miembros del partido habían formado parte de formaciones neonazis. “Los SD son percibidos como más moderados por los electores, pero los otros partidos han mantenido su estrategia de aislamiento”, analiza Ann-Cathrine Jungar. Desde la entrada de los SD en el parlamento en 2010, ningún partido ha aceptado cooperar con ellos. El líder de los Moderados, Ulf Kristersson, único previsible aliado, ha eludido la pregunta durante largo tiempo durante la campaña y finalmente a asegurado que está fuera de toda duda, algunos días antes del escrutinio. Un declaración puramente estratégica, cree Linus Bylund: “Yo pondría la mano en el fuego que después de las elecciones, las negociaciones comenzarán”.
Un familia de origen jordano pasa delante del stand del partido de extrema derecha Demócratas de Suecia (SD), en Södertälje, ciudad industrial situada a 30 kilómetros de Estocolmo. Beata Milewczyk, la cabeza de lista loca, saluda calurosamente al entrenador de fútbol de su hijo. Antes de lanzarse a un discurso de dediabolización de su partido: “Yo también inmigrante. Yo no quiero expulsarme a mí misma del país!”, dice, riéndose, esta mujer de origen polaco
Los SD esperan convertirse en el segundo partido del país después de las legislativas del domingo, con una intención de voto entre el 17 y el 24% según los sondeos, justo después de los socialdemócratas. Éstos, en el poder en coalición con los Verdes, temen obtener el peor resultado desde hace un siglo, alrededord del 25%. Suecia a acogido, en 2014 y 2015, un número acumulado de 250 000 demandantes de asilo, un récord. La inmigración, que no formaba parte de las cinco primeras preocupaciones de los electores en las elecciones de 2010, figura ahora entre las tres primeras, junto con la sanidad y con la educación.
Beata Milewczyk comparte el stand con Aspnak Mansy, joven mujer copta de Egipto llegada a Suecia en 2011 y que se ha unido a los SD desde hace tres meses. Como ellas, más y más Suecos de origen extranjero (nacidos en otro país o cuyos dos padres son nacidos en el extranjero) sostienen al partido de extrema derecha, del 2% en 2014 al 12 % este año. Las cifras son sorprendentes para un partido que desea limitar el derecho de asilo y poner fin a los que llegan ahora. “El debate público ve a los inmigrantes como un único grupo, pero muchos de ellos están bien integrados y perciben la inmigración más reciente como una amenaza”, explica Osten Wallbeck, especialista en estas cuestiones.
La villa de Södertälje ilustra esta heterogeneidad. Los cristianos refugiados de Oriente Medio representanl una tercera parte de la población y el 53% de los habitantes son de origen extranjero, venidos en olas después de los años 70. Es también una de los municipios del condado de Estocolmo en los que SD recibió más votos en 2014. “Los que acaban de llegar no quieren aprender sueco, se relacionan entre ellos, sólo se aprovechan del sistema”, sostiene Aspnak Mansy. “Los SD no son anti-inmigración, pero quieren ocuparse primero de los que ya están aquí”.
“Hogar del pueblo”
Jimmy Akesso, el líder de SD, hace distinción entre buenos y malos inmigrantes, y antiguos y nuevos. “ En nuestro “hogar del pueblo” moderno, usted puede venir sin importar de dónde, pero si usted decide instalarse aquí, debe tener la ambición y el deseo de convertirse en uno de nosotros”, ha declarado, ralla al lado y con una sonrisa este verano. El concepto de hogar del pueblo, “Folkhemmet”, es el pilar el partido socialdemócrata y se ha convertido en el símbolo del estado protector. Al apropiárselo, Akesson presenta un partido como el salvador de un sistema que en delicuescencia, cuyo enemigo él ha definido: el multiculturalismo. “El estado protector está basado en la homogeneidad cultural. Suecia ha intentado combinar dos cosas incompatibles: el multiculturalismo y el estado protector”, sostiene Linus Bylund, antigua mano derecha de Akesson. Según el investigador Keith Branting, esta idea no se sostiene: la mayor parte de estudios sugieren que el impacto de las políticas multiculturales sobre el estado protector es pequeño.
La retórica de los SD parece en todo caso funcionar, en tanto que capitaliza la inquietud creciente de los Suecos sobre la caída vertiginosa de su sistema educativo en la clasificación internacional y las colas de espera más y más largas en la sanidad. “El partido a tenido éxito en asociar la inmigración al estado actual del modelo social sueco”, nota Ann-Cathrine Jungar, especialista sobre la extrema derecha en los países nórdicos.
Estrategia de aislamiento
Esta nueva identidad permite ocultar los orígenes de los SD. La última semana, una encuesta revela que ocho miembros del partido habían formado parte de formaciones neonazis. “Los SD son percibidos como más moderados por los electores, pero los otros partidos han mantenido su estrategia de aislamiento”, analiza Ann-Cathrine Jungar. Desde la entrada de los SD en el parlamento en 2010, ningún partido ha aceptado cooperar con ellos. El líder de los Moderados, Ulf Kristersson, único previsible aliado, ha eludido la pregunta durante largo tiempo durante la campaña y finalmente a asegurado que está fuera de toda duda, algunos días antes del escrutinio. Un declaración puramente estratégica, cree Linus Bylund: “Yo pondría la mano en el fuego que después de las elecciones, las negociaciones comenzarán”.
Un colectivo de "inmigrantes marginados" es como una asociación de parados. Un grupo donde ninguno de sus miembros quiere estar, y que putearían al máximo a los otros miembros con tal de salir. Si uno es un un inmigrante con pasta, todos le respetan y nadie hace preguntas sobre sus costumbres. Pero si eres pobre, da igual se queas vietnamita, camerunés o rumano. Tus costumbres son una mierda y tienes que abandonarlas. Y lo cojonudo es que los que más las odian y más las sufren son tus vecinos de la mierda de barrio donde vives.
#2 Es que ése es el problema de la extrema derecha. Tú eres un señor de raza blanca de 50 años, currante de toda la vida que se queda en paro y/o ve como su barrio de toda la vida degenera en un "sálvese quien pueda" y te dan dos opciones.
Unos llegan y te dicen que si te quejas eres racista, que eres privilegiado y debes deconstruirte y revisar tus privilegios, y que vamos a acoger más gente que recibirá las ayudas que tú podrías necesitar mientras tienes que asumir un multiculturalismo muchas veces incompatible con los valores de tu país, pero que si te quejas eres xenófobo.
Y luego tienes a otros que fingen preocuparse por ti, que dan premisas ciertas "pero si usted decide instalarse aquí, debe tener la ambición y el deseo de convertirse en uno de nosotros" lógicas vilipendiadas por los primeros, pero que esconden conclusiones y actuaciones fascistas. Y ése el el problema, que el discurso falso de la extrema derecha funciona porque dice muchas verdades encajadas con mentiras más o menos burdas, pero que dotan al discurso de cierta coherencia en su estructura y suponen la respuesta a los problemas, mientras que la izquierda - o lo que dice serlo- sólo sabe negar la realidad y tratar a sus votantes como idiotas.
#4 Yo nací en uno de esos barrios obreros. Mis padres vieron venir en los 80 lo que se iba a hacer con esos barrios y se privaron de todo (vacaciones, restaurantes, tapas y algunas veces hasta de comer a final de mes) para salir de allí antes de que degenerara más. Los familiares que se quedaron allí han visto cómo su piso, que son los ahorros de su vida, se ha devaluado enormemente y cada vez hay más inseguridad. Los amigos que se quedaron en el barrio al final han visto sus oportunidades laborales mermadas.
Yo me he decidido a irme a la abstención ante esta izquierda de ofendidos de moral hipócrita. Otros, como decía en otro mensaje ayer, votarán en plan protesta en un "o jugamos todos o rompemos la baraja". Y otros, espero que sea una minoría, hasta se creerán el discurso de la extrema derecha.
#3 Ahora que hablas del origen de las personas que vienen, caigo en la cuenta de que apenas hay problemas o prejuicios con las personas de origen asiático, es más, hasta caen fenomenal a la gente.
#4 Paráfrasis Y ése el el problema, que el discurso falso de la extrema derecha izquierda funciona porque dice muchas verdades encajadas con mentiras más o menos burdas, pero que dotan al discurso de cierta coherencia en su estructura y suponen la respuesta a los problemas, mientras que la izquierda derecha - o lo que dice serlo- sólo sabe negar la realidad y tratar a sus votantes como idiotas
#6 pregúntales a ellos y verás como están hasta los huevos de otros extranjeros. De que robe siempre el xxxx, de que les venga a amenazar el xxxx, de que a sus hijos les hagan ir al colegio con muchos niños de xxxx. Y por el país que quieras en las xxxx. Y poco más o menos creo que lo hemos oído de boca de gente de casi todos países. No me extrañaría nada que los chinos botasen en masa a partidos de extrema derecha. Igual que muchos sudamericanos "ricos".
Comentarios
Un familia de origen jordano pasa delante del stand del partido de extrema derecha Demócratas de Suecia (SD), en Södertälje, ciudad industrial situada a 30 kilómetros de Estocolmo. Beata Milewczyk, la cabeza de lista loca, saluda calurosamente al entrenador de fútbol de su hijo. Antes de lanzarse a un discurso de dediabolización de su partido: “Yo también inmigrante. Yo no quiero expulsarme a mí misma del país!”, dice, riéndose, esta mujer de origen polaco
Los SD esperan convertirse en el segundo partido del país después de las legislativas del domingo, con una intención de voto entre el 17 y el 24% según los sondeos, justo después de los socialdemócratas. Éstos, en el poder en coalición con los Verdes, temen obtener el peor resultado desde hace un siglo, alrededord del 25%. Suecia a acogido, en 2014 y 2015, un número acumulado de 250 000 demandantes de asilo, un récord. La inmigración, que no formaba parte de las cinco primeras preocupaciones de los electores en las elecciones de 2010, figura ahora entre las tres primeras, junto con la sanidad y con la educación.
Beata Milewczyk comparte el stand con Aspnak Mansy, joven mujer copta de Egipto llegada a Suecia en 2011 y que se ha unido a los SD desde hace tres meses. Como ellas, más y más Suecos de origen extranjero (nacidos en otro país o cuyos dos padres son nacidos en el extranjero) sostienen al partido de extrema derecha, del 2% en 2014 al 12 % este año. Las cifras son sorprendentes para un partido que desea limitar el derecho de asilo y poner fin a los que llegan ahora. “El debate público ve a los inmigrantes como un único grupo, pero muchos de ellos están bien integrados y perciben la inmigración más reciente como una amenaza”, explica Osten Wallbeck, especialista en estas cuestiones.
La villa de Södertälje ilustra esta heterogeneidad. Los cristianos refugiados de Oriente Medio representanl una tercera parte de la población y el 53% de los habitantes son de origen extranjero, venidos en olas después de los años 70. Es también una de los municipios del condado de Estocolmo en los que SD recibió más votos en 2014. “Los que acaban de llegar no quieren aprender sueco, se relacionan entre ellos, sólo se aprovechan del sistema”, sostiene Aspnak Mansy. “Los SD no son anti-inmigración, pero quieren ocuparse primero de los que ya están aquí”.
“Hogar del pueblo”
Jimmy Akesso, el líder de SD, hace distinción entre buenos y malos inmigrantes, y antiguos y nuevos. “ En nuestro “hogar del pueblo” moderno, usted puede venir sin importar de dónde, pero si usted decide instalarse aquí, debe tener la ambición y el deseo de convertirse en uno de nosotros”, ha declarado, ralla al lado y con una sonrisa este verano. El concepto de hogar del pueblo, “Folkhemmet”, es el pilar el partido socialdemócrata y se ha convertido en el símbolo del estado protector. Al apropiárselo, Akesson presenta un partido como el salvador de un sistema que en delicuescencia, cuyo enemigo él ha definido: el multiculturalismo. “El estado protector está basado en la homogeneidad cultural. Suecia ha intentado combinar dos cosas incompatibles: el multiculturalismo y el estado protector”, sostiene Linus Bylund, antigua mano derecha de Akesson. Según el investigador Keith Branting, esta idea no se sostiene: la mayor parte de estudios sugieren que el impacto de las políticas multiculturales sobre el estado protector es pequeño.
La retórica de los SD parece en todo caso funcionar, en tanto que capitaliza la inquietud creciente de los Suecos sobre la caída vertiginosa de su sistema educativo en la clasificación internacional y las colas de espera más y más largas en la sanidad. “El partido a tenido éxito en asociar la inmigración al estado actual del modelo social sueco”, nota Ann-Cathrine Jungar, especialista sobre la extrema derecha en los países nórdicos.
Estrategia de aislamiento
Esta nueva identidad permite ocultar los orígenes de los SD. La última semana, una encuesta revela que ocho miembros del partido habían formado parte de formaciones neonazis. “Los SD son percibidos como más moderados por los electores, pero los otros partidos han mantenido su estrategia de aislamiento”, analiza Ann-Cathrine Jungar. Desde la entrada de los SD en el parlamento en 2010, ningún partido ha aceptado cooperar con ellos. El líder de los Moderados, Ulf Kristersson, único previsible aliado, ha eludido la pregunta durante largo tiempo durante la campaña y finalmente a asegurado que está fuera de toda duda, algunos días antes del escrutinio. Un declaración puramente estratégica, cree Linus Bylund: “Yo pondría la mano en el fuego que después de las elecciones, las negociaciones comenzarán”.
"pero si usted decide instalarse aquí, debe tener la ambición y el deseo de convertirse en uno de nosotros"
Vaya cosa más facha esa...
Un colectivo de "inmigrantes marginados" es como una asociación de parados. Un grupo donde ninguno de sus miembros quiere estar, y que putearían al máximo a los otros miembros con tal de salir. Si uno es un un inmigrante con pasta, todos le respetan y nadie hace preguntas sobre sus costumbres. Pero si eres pobre, da igual se queas vietnamita, camerunés o rumano. Tus costumbres son una mierda y tienes que abandonarlas. Y lo cojonudo es que los que más las odian y más las sufren son tus vecinos de la mierda de barrio donde vives.
#2 Es que ése es el problema de la extrema derecha. Tú eres un señor de raza blanca de 50 años, currante de toda la vida que se queda en paro y/o ve como su barrio de toda la vida degenera en un "sálvese quien pueda" y te dan dos opciones.
Unos llegan y te dicen que si te quejas eres racista, que eres privilegiado y debes deconstruirte y revisar tus privilegios, y que vamos a acoger más gente que recibirá las ayudas que tú podrías necesitar mientras tienes que asumir un multiculturalismo muchas veces incompatible con los valores de tu país, pero que si te quejas eres xenófobo.
Y luego tienes a otros que fingen preocuparse por ti, que dan premisas ciertas "pero si usted decide instalarse aquí, debe tener la ambición y el deseo de convertirse en uno de nosotros" lógicas vilipendiadas por los primeros, pero que esconden conclusiones y actuaciones fascistas. Y ése el el problema, que el discurso falso de la extrema derecha funciona porque dice muchas verdades encajadas con mentiras más o menos burdas, pero que dotan al discurso de cierta coherencia en su estructura y suponen la respuesta a los problemas, mientras que la izquierda - o lo que dice serlo- sólo sabe negar la realidad y tratar a sus votantes como idiotas.
#4 Yo nací en uno de esos barrios obreros. Mis padres vieron venir en los 80 lo que se iba a hacer con esos barrios y se privaron de todo (vacaciones, restaurantes, tapas y algunas veces hasta de comer a final de mes) para salir de allí antes de que degenerara más. Los familiares que se quedaron allí han visto cómo su piso, que son los ahorros de su vida, se ha devaluado enormemente y cada vez hay más inseguridad. Los amigos que se quedaron en el barrio al final han visto sus oportunidades laborales mermadas.
Yo me he decidido a irme a la abstención ante esta izquierda de ofendidos de moral hipócrita. Otros, como decía en otro mensaje ayer, votarán en plan protesta en un "o jugamos todos o rompemos la baraja". Y otros, espero que sea una minoría, hasta se creerán el discurso de la extrema derecha.
#3 Ahora que hablas del origen de las personas que vienen, caigo en la cuenta de que apenas hay problemas o prejuicios con las personas de origen asiático, es más, hasta caen fenomenal a la gente.
el problema es con los MUSULMANES, que parecéis todos gilipollas con el puto correctismo político...
querer defender a su gente ES COSA DE NAZI SEGUN LOS SERES DE LUZ DE LA IZQUIERDA. LO MEJOR ES DEJARSE MATAR VIOLAR Y PILLAR Y SIN ELEVAR LA VOZ
y si elevas la voz para defender tú vida la de tú famillia de tús amigos TE ACUSAREMOS DE SER UN NAZI
#4 Paráfrasis
Y ése el el problema, que el discurso falso de la extrema
derechaizquierda funciona porque dice muchas verdades encajadas con mentiras más o menos burdas, pero que dotan al discurso de cierta coherencia en su estructura y suponen la respuesta a los problemas, mientras que laizquierdaderecha - o lo que dice serlo- sólo sabe negar la realidad y tratar a sus votantes como idiotas#6 pregúntales a ellos y verás como están hasta los huevos de otros extranjeros. De que robe siempre el xxxx, de que les venga a amenazar el xxxx, de que a sus hijos les hagan ir al colegio con muchos niños de xxxx. Y por el país que quieras en las xxxx. Y poco más o menos creo que lo hemos oído de boca de gente de casi todos países. No me extrañaría nada que los chinos botasen en masa a partidos de extrema derecha. Igual que muchos sudamericanos "ricos".