Javier S.V. ha pedido ayuda a los ministerios de Justicia y Asuntos Exteriores para no perder la patria potestad sobre su hijo Miguel, de 5 años y residente en Rusia. "Ella, al retirarme la patria potestad, puede cambiar los apellidos y el nombre de mi hijo y borrarme totalmente", "Unos periodistas rusos me han dicho que mi exmujer es intocable por ser la alguacil judicial en Myski. Rusia es un cachondeo total","Mi indefensión absoluta en Rusia es que me van juzgando, salen sentencias que ejecutan sin ser llamado a juicio"
Comentarios
Jódete y haber nacido mujer, como esa española de la sustracción internacional de menores. Estarías en todas las portadas y televisiones.
Te llamas Juana Rivas? No, verdad? Pues eso.
Coño, resulta que los emails de novias rusas si que funcionan.
Lo tiene mal. Y además en Rusia y con un crío de 5 años. En 4 ó 5 más, ni se acuerda de su padre, y el tiempo pasa volando, y hacer el papeleo y posibles juicios en Rusia, caro de cojones.
A veces hay que hacer corazón duro y pensar que lo has perdido. Pero en este caso, sigue allí.... De lo contrario va a acabar desesperado y en la ruina. SI ya cuesta que los jueces italianos traten de que devuelvan unos hijos españoles (de Juana Rivas) a su padre italiano, no te quiero contar el dineral y follón que debe ser una operación así con Rusia.
#5 los hijos siempre quieren saber de sus padres, incluso si fuesen unos asesinos en serie. En la adolescencia, esto del padre "robado" saldrá a la luz.
Javier, mejor cállate y apechuga. Como Valentina se informe un poco es capaz de ponerte una denuncia por maltrato en España y entonces lo vas a tener tan jodido que ni la mafia rusa a sacarte del apuro.
Cambio de sexo y secuestro internacional.
#12 Lo de convencerle para el depósito de semen por un mes es muy grande.
Que ponga una letra B en su casa y el niño vendra corriendo. cyka blyat!
Que sorpresa, resulta que la rusa no se casó con él por amor.
#6 ¿Donde dice eso?
#8 http://www.elespanol.com/reportajes/grandes-historias/20170217/194480989_0.html
#11 Ah coño, qué cabrona.