Hace 1 año | Por --703136-- a elpais.com
Publicado hace 1 año por --703136-- a elpais.com

No hay datos fiables que cuantifiquen esta tragedia. Según estimación de 2010, más de 60.000 menores se encontraban aquel año, solo en la región de Accra, en situación de calle. Las cifras incluyen a menores que duermen en la calle y a los que tienen un mísero techo para pasar la noche y vagabundean el resto del día, sin escuela, horarios ni un mayor de edad que se haga responsable de ellos y movidos por el mero instinto de supervivencia. Las causas que explican este drama son varias, pero todas convergen en la pobreza extrema.

Comentarios

D

Os subo esta noticia para poneros otro ejemplo del tipo de noticia que, atendiendo a los altos estándares éticos e intelectuales de la gente súper-ética y súper-lista de Menéame, debería ser considerada aporófoba, además de obviadora de la dimensión cultural, y por tanto no debería ser enviada a Menéame.

Es aporófoba y obviadora de la dimensión cultural porque, al implicar indirectamente que que la pobreza y la precariedad son cosas malas o negativas, está también indirectamente implicando que los padres que hacen nacer a sus propios hijos en la pobreza o en la precariedad están haciendo daño o perjudicando a esos hijos, lo cual a su vez también implica indirectamente que los padres que hacen nacer a sus propios hijos en la pobreza o en la precariedad son malas personas y malos padres, sin inteligencia, lo cual, según la gente súper-ética y súper-lista de Menéame, es aporofobia, incluso aunque esos padres fueran ricos, además de ser obviador de la dimensión cultural, porque, al realizarse todas esas implicaciones, también se está implicando, indirectamente, una culpabilización, criminalización y estigmatización de todas esas personas, éticas e inteligentes, que, simplemente, desean y eligen ejercer su legítimo, legal y fundamental derecho humano y progenitor, además de su cultura, de considerar que la pobreza y la precariedad son circunstancias estupendas y maravillosas, tan estupendas y maravillosas como para incluso hacer nacer, y criar, a sus propios hijos en ellas, a que sus hijos también les agradezcan la pobreza y la precariedad tanto como ellas, esas personas progenitoras, las agradecen a sus padres.

Desde esta perspectiva, tener hijos es la manera más clara y evidente en que una persona puede mostrar su aprobación favorable del entorno económico o de las condiciones económicas en que dicha persona hace nacer a esos hijos. (Pues ¿qué persona ética e inteligente haría nacer a sus propios hijos en un determinado entorno o circunstancia económica si considerase que ese entorno o circunstancia económica es horrible?)

Y es que en esto precisamente debe consistir la convivencia en una sociedad civilizada: en que sepamos respetarnos los unos a los otros las costumbres, marcos culturales, y diversidades ideológicas, de opiniones, de preferencias, de criterios progenitores y de principios éticos de cada cual, aunque pudieran no coincidir con los nuestros.

Ghana, pues, va bien y está bien como está, y la precariedad, la pobreza, el subdesarrollo y el capitalismo son cultura, costumbres, derechos, libertades, preferencias, elecciones, votos e hijos de los ghaneses, y se los tenemos que respetar, así como los ghaneses también respetan las culturas y costumbres ajenas.

No creáis, pues, a nadie que os diga que hay una guerra intergeneracional.

Y recordad también que cuando hacéis nacer a vuestros propios hijos en la precariedad y en la pobreza, no serán los ricos y el capitalismo los que se estén riendo de vosotros, sino que seréis vosotros los que os estéis riendo de ellos.

D

Que mierda de mundo.