El sistema nos proporciona apariencias convenientes para que creamos que vivimos en una sociedad justa. Si no existieran moderadas dosis de libertad, el sistema no sería creíble. Resulta imprescindible escenificar el derecho a la discrepancia, la posibilidad de rebeldía y la existencia de autonomía personal, para que nos convenzamos de que la democracia parlamentaria en el seno de una economía de mercado es el mejor sistema posible. Estas mentiras son los ladrillos de un decorado hecho para crear la ilusión de que somos socialmente felices.
Comentarios
Otegi askatu!
¡Otegi libertad!
#4 puta ETA asesina
#4 Lo de Otegi es desesperante, creo que el tío ya ha asumido su papel de semimartir y está siendo un poco olvidado de todos con tanta crisis-corrupción-podemos-ciudadanos, él come maco y mientras Blesa y Bárcenas entran y salen.
gran artículo me ha recordado un poco a este vídeo:
#3 voting Independent thinkers
#3 Ese William Luther Pierce es un yanki loco. Fíjate que para convencer a la gente de la realidad (lo repite en dos ocasiones en el vídeo) les muestra el periódico pegándoselo a las narices, atados a una silla y con una pistola en la cabeza, ¡como si eso fuera el colmo de la elocuencia!
Nos han amputado la capacidad de formularnos preguntas que resultan perfectamente naturales, pero que ya no surgen porque las fuentes del #pensamiento crítico han sido desecadas, con toda intención, en nuestros #cerebros.
Las cárceles, los policías, los carros de combate en las plazas públicas, todo eso quedó anticuado. La cárcel está dentro, en la profundidad de nuestro pensamiento, que sólo por ignorancia creemos que es nuestro.
Es una meditación ya manida pero aquí está muy bien explicada.