El país vecino aprueba una ley que protege los entornos ganaderos bajo una premisa: quienes se mudan al campo deben adaptarse a él, y no a la inversa. En el Principado se han dado casos en los que visitantes urbanitas se quejaban del canto de los gallos, de los mugidos de las vacas o del olor a cucho. En los últimos años se ha afianzado una nueva corriente migratoria, acentuada tras la pandemia, que empuja a habitantes de grandes núcleos urbanos a buscar el oasis de tranquilidad que suponen las zonas rurales.
Comentarios
#0 revisa que no sea repetida Francia: prohibido quejarse de los ruidos rurales, como el mugir de las vacas [Ing]
Francia: prohibido quejarse de los ruidos rurales,...
theguardian.comNeorrurales es sinónimo de gilipollas no??
#1 Gente que se va a vivir al campo de Disney y descubre que eso solo son dibujos animados.
Lo peor de todo es encontrarse a gente que se va de vacaciones y pretenden convertir los pueblos en su parque temático particular.
Es triste tener que llegar al extremo de tener que regular que la gente no sea idiota.
#4 La gente en grupo es idiota, ergo hay que regularla.
#7 Uff, no soy partidario si es posible evitarlo. Me recuerda al extremo de la pandemia de regularnos hasta la hora de salir a la calle “por nuestro bien”.
#0 Esto ya salió por aquí.
Fodechinchos