Carmen y Paco recuerdan las vacaciones en Córdoba, la visita a la mezquita y un sinfín de destinos en los que estuvieron con su hijo, de 31 años y con autismo. Rememoran tiempos pasados porque saben que, desde hace un par de años, las salidas se han acabado. Desde este verano, su hijo vive en una habitación, sin salir, pues ellos ya no pueden controlar su agresividad. Tanto que la convivencia es peligrosa. Desde 2019 esperan una plaza en una residencia pública. Algo que todavía hoy no es una realidad palpable, casi cuatro años después.
Comentarios
La verdad es que la vida da a veces unas puñaladas terribles. Pobre familia. ¿Qué clase de vida le espera a este chico cuando sus padres no estén para cuidarlo?
#2 ahí no les quedará más remedio que meterlo en una residencia.
#3 #2 y le darán unos chutes de medicamentos que será más vegetal que otra cosa.
Triste puta vida.
#9 Al margen de la posible mejora, en este momento creo que es prioritario actuar sobre la situación familiar. Llevan muchos años en una situación de estrés brutal. Un recurso residencial sería lo ideal, espero que no se demore
He trabajado con Pedro y su familia. Es una putada muy grande que sigan en esa situación
#5 en qué has trabajado con ellos?
#6 soy psicólogo, especialista en TEA
#7 y crees que podría mejorar? en la notícia pone que antes era más sociable pero que había empeorado, no sé a qué se debe ni si tiene alguna solución.
Porque la verdad es que tener que tenerle encerrado en una habitación..parece que estamos de vuelta a la edad medieval, es muy heavy.
El desamparo y abandono de la administración.
Yo me plantaba con el hijo en el Ayto de 9 a 14 y que allí grite, rompa y pegue a los de seguridad
#1 El hijo en cuestión es un varón de 31 años. Está fuera del radar de la compasión, no es un bebe en brazos ni un menor "adorable" a los ojos de la sociedad. Dudo que es estrategía haga el efecto esperado.