Una de las obvias consecuencias de la pandemia ha sido una transición del trabajo hacia formatos online que pueden realizarse desde casa. Esto no sólo ha sido una solución emergente sino más bien la continuación acelerada de un proceso en marcha de mecanización y automatización laboral. Muchas personas descubrirán que el formato online de su trabajo llegó para quedarse, ya sea que trabajen desde casa aun cuando termine la pandemia.
Los que trabajamos desarrollado apps para móviles ya tenemos como jefe a los maravillosos algoritmos de Google. Cada vez que me llega un email de Google me cago lapatabajo.
Algunos jefes que he tenido se resumen a este algoritmo:
Ciclo reunión de mínimo tres horas
a. Lanzar frases aleatorias con temática corporativa
b. Lanzar frases aleatorias con términos en inglés "target", "score", "brainstorming", etc..
c. Pasar diapositivas con pésima ortografía, llenas de palabras y animaciones horteras
d. Mostrar una hoja de excel con algún gráfico de pastel
e. Decir a cada rato que algo dicho es importante y debe constar en el acta
Fin ciclo
Cruzarse con el jefazo en algún pasillo o en el puesto de café y preguntarle lo realmente importante.
Olvidarse de lo que se dijo en la reunión, ignorar el acta, y hacer lo que se dijo en el pasillo
Un algoritmo no es corrompible, no tiene sentimientos (ni buenos, ni malos), no tiene preferencias fuera de los programado, no tiene pulsiones así que no acosará, humillará o vejará. En realidad, un algoritmo, es una buena idea.
El problema no es el algoritmo en sí, el problema es qué parámetros se le pide que maximice y bajo que restricciones. Porque bajo los parámetros estándar del capitalismo (maximiza los beneficios, trata a las personas como recursos desechables) puede ser horrible, pero bajo otros parámetros los beneficios pueden ser espectaculares.
El problema, entonces, es el de siempre, una jungla de depredadores monetarios donde las personas son secundarias.
#4Un algoritmo no es corrompible, no tiene sentimientos (ni buenos, ni malos), no tiene preferencias fuera de los programado, no tiene pulsiones así que no acosará, humillará o vejará.
Dependerá de la parametrización del algoritmo, o sea, en última instancia, de las personas que ordenan cómo debe comportarse. Es más de lo mismo, aunque sea vestido de lagarterana.
Comentarios
Los que trabajamos desarrollado apps para móviles ya tenemos como jefe a los maravillosos algoritmos de Google. Cada vez que me llega un email de Google me cago lapatabajo.
Algunos jefes que he tenido se resumen a este algoritmo:
Ciclo reunión de mínimo tres horas
a. Lanzar frases aleatorias con temática corporativa
b. Lanzar frases aleatorias con términos en inglés "target", "score", "brainstorming", etc..
c. Pasar diapositivas con pésima ortografía, llenas de palabras y animaciones horteras
d. Mostrar una hoja de excel con algún gráfico de pastel
e. Decir a cada rato que algo dicho es importante y debe constar en el acta
Fin ciclo
Cruzarse con el jefazo en algún pasillo o en el puesto de café y preguntarle lo realmente importante.
Olvidarse de lo que se dijo en la reunión, ignorar el acta, y hacer lo que se dijo en el pasillo
#10 Perdona, no quería hacer sangre, es que me ha hecho gracia la tendencia a no leer (en la que caigo también 😅 )
En algunos casos no notaremos la diferencia.
¿Se puede contestar con un algoritmo?
Juraría que ya me deshumanizaba antes , la novedad es que los algoritmos fueron dictados por los de recursos humanos?
Pues va ser que nos quedamos igual .
He tenido jefes de carne y hueso que los hubiera cambiado por un algoritmo.
...
Hasta por un bubble sort.
Un algoritmo no es corrompible, no tiene sentimientos (ni buenos, ni malos), no tiene preferencias fuera de los programado, no tiene pulsiones así que no acosará, humillará o vejará. En realidad, un algoritmo, es una buena idea.
El problema no es el algoritmo en sí, el problema es qué parámetros se le pide que maximice y bajo que restricciones. Porque bajo los parámetros estándar del capitalismo (maximiza los beneficios, trata a las personas como recursos desechables) puede ser horrible, pero bajo otros parámetros los beneficios pueden ser espectaculares.
El problema, entonces, es el de siempre, una jungla de depredadores monetarios donde las personas son secundarias.
#4 Un algoritmo no es corrompible, no tiene sentimientos (ni buenos, ni malos), no tiene preferencias fuera de los programado, no tiene pulsiones así que no acosará, humillará o vejará.
Dependerá de la parametrización del algoritmo, o sea, en última instancia, de las personas que ordenan cómo debe comportarse. Es más de lo mismo, aunque sea vestido de lagarterana.
#8 A ver, claro, lo he dicho al principio del segundo párrafo:
El problema no es el algoritmo en sí, el problema es qué parámetros se le pide que maximice y bajo que restricciones
Ya no se lee ni el artículo, ni la entradilla ni los comentarios
#9 Hombre, agradezco tu cordialidad y simpatía.
Pero el título de la entrada ya es toda una exposición de motivos, no creo que sea imprescindible leerlo para saber de qué va la cosa.
De todas formas, mea culpa, es cierto que no leí el segundo párrafo de tu comentario, como buen meneante.