El Gobierno de Mauricio Macri, en un año electoral y con una sociedad atemorizada por la inseguridad, ha encontrado un culpable: los extranjeros. El Ejecutivo ha prometido controles más fuertes en las fronteras y en los aviones para evitar que entren personas con antecedentes penales y expulsiones más rápidas para los delincuentes. El Ejecutivo insiste en que no pretende estigmatizar a los inmigrantes ni culparles de los delitos, y recuerda que el año pasado, ya con Macri, se naturalizaron 215.000 extranjeros.
Comentarios
Me gustaría saber si los de EL PAÍS dejan entrar a sus casas a delincuentes y que sus hijas salgan con personas con antecedentes penales.
La Argentina tradicionalmente tuvo controles migratorios, en los 50 mi papá tuvo que demostrar que tenía plata, un trabajo esperando y certificado de buena conducta.
Y por cierto, en España se cansaron de mandar de vuelta a gente que llegaba a Barajas por sospecha de ser inmigrantes ilegales.
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