Aún estaba yo gestionando el escalofrío que me provocaron las palabras de Alberto González Amador, más conocido como Alberto Quirón, cuando llegaron las de su novia. Igual que Donald Trump, que nos ha enganchado a sus vicisitudes como un maestro del culebrón, la pareja me tiene sumida en la inquietud.
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etiquetas: inmigración , mercado , españa , laboral
Un argumento, por cierto, idéntico al que usaron en su día los esclavistas.
Yo es que entiendo el internacionalismo en el sentido de que todos puedan vivir donde nacieron, sin necesidad de tener que dejar su tierra por cuestiones económicas. Y me parece abyecto que a esa necesidad le llamemos derecho, mientras seguimos saqueando sus recursos, además de su mano de obra.
Y sobre esto hay mucha información.
De todas formas eso no tiene nada que ver sobre lo que yo critico en las palabras de Ayuso. Esa forma de menospreciar a los inmigrantes, asociándolos solo a trabajos sin… » ver todo el comentario
Si la boba de Ayuso dice "alguien tendrá que limpiar las casas", es una racistada insufrible.
En cambio, si alguien de izquierdas dice "sin migrantes colapsa la economía", no hay problema alguno.
Pues vale. Dame racistas sinceros y quítame hipócritas.
Pero nada, a fingir que no, que vienen a trabajos de traje y corbata, oficinas y ser funcionarios...
Y por cierto, tus "racistas sinceros" son precisamente lo más hipócrita que hay. Odian a los inmigrantes, quieren echarlos, pero a la vez son los primeros que los contratan y que los necesitan para que les hagan de chachas y les recojan la fruta.
Saca la estadística. ¿Trabaja la mayoría de los migrantes en puesto de trabajo cualificados? ¿Está la cosa al 50-50? ¿O es abrumadoramente mano de obra no cualificada que cobra sueldo de miseria? ¿Por cada médico o enfermera, cuántos repartidores, camareras, limpiadoras...?
Hablar de esto es ser racista. Pues vale.
Cosa más racista que robar trabajadores a países más pobres, porque si no colapsa nuestra economía... Primero nosotros, y luego ya el resto. Pero ojo, somos internacionalistas, eh. Que nadie lo discuta.
Pues seguro que no difiere mucho con la de los españoles. Que aquí no nacemos con titulaciones debajo del brazo, por mucho que a algunos políticos les aparezcan de la nada. De todas formas, esa no es la cuestión.… » ver todo el comentario
Pero la libertad termina donde hay necesidad. Y la mayoría de los seres humanos preferiría morir donde nació, cerca de sus amigos, familiares y conocidos, y no en tierra extraña, lejos de todo, tras matarse a currar por sueldos de miseria.
La perversión de pretender que el que migra está ejerciendo sus derechos y no lo hace por obligación.