Hace 5 años | Por --526496-- a eldiario.es
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Gillian Brockell, editora de vídeo en The Washington Post, pasó casi todo su embarazo recibiendo publicidad o recomendaciones en sus cuentas de Facebook, Twitter o Instagram después de que ella misma compartiese imágenes o posts en el proceso de gestación de su hijo. Pero su bebé murió antes de nacer. Y a pesar de que ella también lo comunicó por redes, los algoritmos no cambiaron. Ella siguió recibiendo anuncios relacionados con la maternidad. Tras salir del hospital lo que veía era todo era publicidad de ropa premamá o de bebé.

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