El espejo
Cristian casi no vio a la señora, en el auto parado al costado de la carretera. Llovía fuerte y era de noche. Pero se dio cuenta de que ella necesitaba ayuda…
Así que paró su auto y se acercó.
El auto de la señora olía a tinta, de tan nuevo. La señora pensó que pudiera ser un asaltante. El no inspiraba confianza, parecía pobre y hambriento.
Cristian percibió que ella tenía mucho miedo y le dijo:
-Estoy aquí para ayudarla madame, no se preocupe. ¿Por qué no espera en el auto que está más calentito? A propósito, mi nombre es Cristian.
Bueno, lo que pasaba es que ella tenía una llanta pinchada y para colmo era una señora de edad avanzada, algo......
Risa y sonrisa
Cuando me hablan de felicidad
siempre hablo de sonrisas,
palabra inmensa la primera
pequeña coda la segunda,
apéndice involuntario,
fuera de moda.
La segunda.
Incluso una risa
o risotada involuntaria,
placer real y físico.
Felicidad, palabra torcida
llevada al extremo
sin aparente baremo.
Sonrisa, franca y sin dobleces.
Risa, escapada mental
que barrunta la risotada.
Risotada, incontinencia feliz.
Felicidad, palabra truncada
sin contenido aparente.
Ampulosa y vacía.
ContinuumST. Enero 2001
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