En febrero nos encontramos con una de las fiestas más populares y queridas: el carnaval. Etimológicamente, se refiere a la carne de algún modo, y esto cobra sentido porque son los días previos a la cuaresma, el «ramadán» cristiano, que realmente dicta no comer durante esos días, pero se tuvo que rebajar el nivel exigido, verdaderamente alto. Antes de entrar en la abstinencia alimentaria de la cuaresma, se celebra, entre todos, en las calles, una festividad de comer mucho antes de hacer como Jesús en los Evangelios: ayunar 40 días.