Cuando varias organizaciones e institutos de investigación chinos anunciaron hace diez años que estaban estudiando la viabilidad de proyectos de energía solar espacial, muchos expertos sonrieron con cierta displicencia. Al fin y al cabo, los satélites de energía solar, conocidos por sus siglas en inglés como SPS (Solar Power Satellite) o SSPS (Space Solar Power Station), son uno de las grandes ideas de la era espacial que siguen en cajón desde hace décadas. La NASA estudió seriamente los SPS en los años 70 en plena crisis del petróleo y con la resaca del optimismo tecnológico de las misiones Apolo, llegando a la conclusión de que eran demasiado costosos y complejos para la época. En este siglo varias agencias espaciales, como la NASA o la JAXA japonesa, han acometido nuevos estudios de SPS. Los proyectos chinos parecían ser un simple análisis teórico más que nunca se haría realidad. Una década más tarde, ya nadie se ríe ante estos proyectos chinos.