¡La democracia señora! Ha llegado la democracia señora, a la puerta de su casa. Solo tiene que vender su alma, y recuerde, todo parecido con la realidad es una mera coincidencia. Cada día durante varios días, me ilusiona recibir cartas en el buzón. Cartas de papel, físicas, de personas que te piden algo a ti, que no son del banco, de la luz o de la pizzería de la esquina. No, no, no, son cartas exclusivas, con tu nombre, tus apellidos, demostración de que saben donde vives, quién eres y de que pié cojeas. …