El cactus murió. De alguna forma, la cactácea había dejado de existir. Ella lo encontró un buen día abierto, quebrado por la mitad mostrando un interior hueco. Eso significaba algo para él, algo profundo e insondable por el momento. Para ella, todo misterio, no se supo qué significa; quizá nada, pero toda posibilidad tenía su oportunidad. Analizado y pensado con calma, la planta había perecido ya fuese por dejadez, pasotismo, despiste u olvido, sana ignorancia de no saber cuándo regar ni trasplantar... …