¡Hay que ver qué sutil es la palabra!, el denominado "encargo del Rey", menudo eufemismo, es un mandato ¡co*o!, que te lo está diciendo el mismísimo Rey, que aceptes por narices ya, que terminéis vuestras obligaciones ya. Y ya es la segunda vez que lo hace, aunque el Rey actúe más como figura intermediaria de arbitraje y moderación. Nosotros no tenemos la culpa si hay que votar de nuevo, no nos lo achaquéis al Pueblo Español, hay que ponerse las pilas y poneros de acuerdo de una vez, que si no, podría ser en parte una chapuza de Legislatura o una travesía turística. Me consta que habrán muchas abstenciones si vuelven a celebrarse elecciones, vamos, ya lo vislumbro, los españoles estamos hartos del politiqueo de este país y de algún que otro incompetente. Que se pongan a currar pronto. Y con esto y un bizcocho, hasta mañana a las ocho.
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Yo cambiaría el dichoso lema "Quédate en casa" por "No te acerques a nadie". Nadie es quien para decirme cuán soy yo de responsable ni mucho menos ordenarme que me quede en casa. No todo el mundo es igual de sociable ni tiene el mismo estilo de vida. A mi modo de ver son excesivas las medidas, es mejor cerrar comunidades o capitales y el tráfico aéreo, no todas las comunidades tienen el mismo ratio de contagiados. Va a morir más gente de otras cosas que de coronavirus, y eso no va a salir en la tele. No estoy infravalorando la enfermedad, que es una pandemia seria. Solo digo que se exagera y pagamos justos por pecadores, porque hacerlo de otra manera quizá sería más complejo e irregular. No llovería a gusto de todos. Gozamos de una estructura organizativa que bien coordinada por comunidades, al ser territorios más pequeños se puede manejar mejor si se gestionara adecuadamente y bien. Esto no es China.