#43 Sí es corrupto por naturaleza porque un diputado no puede representar a sus electores y a su jefe de partido porque son intereses opuesto toda vez que el partido es órgano estatal y sus electores pertenecen a la sociedad civil. Ese fraude ES la corrupción primera --política-- de la que deviene la económica como pura consecuencia.
Un sistema, a diferencia de un régimen -como el actual-, previene contra los excesos del poder y por eso está definido con una serie de mecanismos y poderes-contrapoderes, que eliminan la corrupción institucionalizada, actual factor de gobierno, dejando sólo posibilidad limitadísima a la corrupción personal. Mal sistema -sería un régimen, más bien- es aquel que depende de la honestidad de sus participantes.
El sistema judicial será independiente -elegido separadamente- y vigilará al poder legislativo y ejecutivo.
Tal vínculo legislativo-ejecutivo, que no dependencia ni connivencia, es natural. La potestad legislativa corresponde a a Nación y el Estado es la personalidad jurídica de ésta. No puede uno criticar la independencia, como no saludable, y al tiempo hacer lo propio con una supuesta dependencia, porque entonces usted hace trampa tautológica: siempre tiene razón.
Cuando uno entiende que el mal de España es una oligocracia carente -como es lógico- de representación de la sociedad civil, incontrolada e incontrolable, la cual tiene por esencia la propia corrupción, se tiene que la solución es encontrar representatividad y separación de poderes, en una Democracia, es decir, una República Constitucional. Esta verdad lo es independientemente de quien la diga o la defienda, sea Trevijano o usted, y demasiada atención le prestamos a una falacia, en la cual usted incurrió aún renonociéndolo.
#43 Sí es corrupto por naturaleza porque un diputado no puede representar a sus electores y a su jefe de partido porque son intereses opuesto toda vez que el partido es órgano estatal y sus electores pertenecen a la sociedad civil. Ese fraude ES la corrupción primera --política-- de la que deviene la económica como pura consecuencia.
Un sistema, a diferencia de un régimen -como el actual-, previene contra los excesos del poder y por eso está definido con una serie de mecanismos y poderes-contrapoderes, que eliminan la corrupción institucionalizada, actual factor de gobierno, dejando sólo posibilidad limitadísima a la corrupción personal. Mal sistema -sería un régimen, más bien- es aquel que depende de la honestidad de sus participantes.
El sistema judicial será independiente -elegido separadamente- y vigilará al poder legislativo y ejecutivo.
Tal vínculo legislativo-ejecutivo, que no dependencia ni connivencia, es natural. La potestad legislativa corresponde a a Nación y el Estado es la personalidad jurídica de ésta. No puede uno criticar la independencia, como no saludable, y al tiempo hacer lo propio con una supuesta dependencia, porque entonces usted hace trampa tautológica: siempre tiene razón.
Cuando uno entiende que el mal de España es una oligocracia carente -como es lógico- de representación de la sociedad civil, incontrolada e incontrolable, la cual tiene por esencia la propia corrupción, se tiene que la solución es encontrar representatividad y separación de poderes, en una Democracia, es decir, una República Constitucional. Esta verdad lo es independientemente de quien la diga o la defienda, sea Trevijano o usted, y demasiada atención le prestamos a una falacia, en la cual usted incurrió aún renonociéndolo.