La subvención de los Sindicatos, de los Partidos Políticos y de la Iglesia es una auténtica vergüenza, pero como todos chupan del bote nadie propone que se cambie la ley y que esas instituciones sean financiadas sólo por sus afiliados.
Al beneficiarse organizaciones de distintos signos políticos, todos se callan como putas y no se lo echan en cara. Mientras, los ciudadanos "de a pie" estamos manteniendo a esa legión de parásitos.
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La subvención de los Sindicatos, de los Partidos Políticos y de la Iglesia es una auténtica vergüenza, pero como todos chupan del bote nadie propone que se cambie la ley y que esas instituciones sean financiadas sólo por sus afiliados.
Al beneficiarse organizaciones de distintos signos políticos, todos se callan como putas y no se lo echan en cara. Mientras, los ciudadanos "de a pie" estamos manteniendo a esa legión de parásitos.