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Los sin-papeles de nuevo encuentran fronteras en cada rincón por el que se quieren colar. Hay salida pero no hay entradas. Una viñeta que, si al principio te puede mover a la sonrisa, luego seguro que a la rabia y a la solidaridad.
Un anónimo escondido tras el perfil de Lisbeth Salander lleva dos años sacando en la red los trapos sucios de la ciudad autónoma
Los sin-papeles de nuevo encuentran fronteras en cada rincón por el que se quieren colar. Hay salida pero no hay entradas. Una viñeta que, si al principio te puede mover a la sonrisa, luego seguro que a la rabia y a la solidaridad.
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