No ha habido religiones tan obsesionadas con el sexo como las principales monoteístas de nuestro entorno: cristiana, hebrea y musulmana. No todas las religiones son así, pero en estas, y sobre todo la cristiana porque es la que más nos ha tocado aquí, todo gira en torno al "pecado original". Si alguien es "inmoral", por ejemplo, se entiende que algo tiene con el sexo, no que se dedique a matar gente.
Se supone que "el pecado original" es aquello que te saca del paraíso, es decir, lo que te hace olvidar que de hecho ya estás en él, en lo que hay, que es el universo: en un momento del desarrollo mental te separas de la naturaleza y piensas que eres algo completamente aparte, y que todo consiste en una lucha entre ti y la naturaleza, en lugar de seguir reconociendo que eres parte de ella, que eres un fenómeno tan natural como el sol o una piedra. Y entonces empiezas a pensar en conceptos como el alma, en perpetuarte a toda costa, en esquivar la muerte para salvar esa alma, ese ego que te has creado y que crees tiene entidad propia cuando en realidad es solo un pensamiento más, un concepto más. Y eso te lleva a una angustia contínua, al fatalismo y al sufrimiento ante la muerte que consideras cataclísmica, y a tratar por todos medios de protegerte y salvarte muy por encima de lo que sería razonable.
Pero entre medias, a algún teólogo pervertido le dió por tergiversar el sentido de todo ello y redirigirlo única y exclusivamente hacia la parte de esa angustia que está relacionada con la reproducción, es decir, con lograr de algún modo el perpetuarse o hacerse inmortal a través de la transmisión de la herencia de sangre, y dentro de ello se vió como lo más obsceno el utilizar la capacidad reproductiva no para perpeturse si no sólo para divertirse y gozar de una vida efímera simplemente por medio de unas caricias y algunos orgasmos sin mayores pretensiones. Nada menos que se estaba domando a la bestia parda, eliminando todo su caracter encadenador para hacerlo una simple actividad placentera, y eso sí que no, eso rompía del todo el yugo que generación en generación obligaba a mantener funcionando la maquinaria de la humanidad. ¿Cómo permitir que los humanos se extinguieran tranquilamente entre gozos y placeres sin pretensiones cuando se podía intimidar para mantener la cadena del dolor, de los préstamos, de la esclavitud, del trabajo agotador, de las guerras, de la megalomanía, de los grandes proyectos, de las grandes obras? No, no, no, eso era inconcebible, había llegado el momento de meter el miedo pánico a las gentes, de intimidarles con una vida afterlife de sufrimiento sin límites por sus pajillas furtivas y sus polvetes de carnaval.
Y desde entonces ya nadie se acuerda de lo que es el pecado original, y se habla mucho de Apple, pero sólo porque es una marca comercial.
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Me encanta Intereconomia, probemos a fabricar un titular segun su estilo:
Es publico que la Iglesia Catolica invierte, por ejemplo, en el conglomerado de empresas Inditex (1), una de las cuales es Zara, veamos ahora un modelo cualquiera de Zara, de su catalogo para niñas (2) -> http://www.babadealien.com/zamarra.jpg