Sorprende que MENÉAME publique que se pretende que los grandes simios sean considerados "Homo sapiens".
El Proyecto Gran Simio sólo reivindica los derechos básicos a la vida, a la libertad y a no ser maltratados ni física ni psicológicamente. Esto se solicita para las cuatro especies de grandes simios, las cuales se hallan actualmente en "peligro crítico de extinción", según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), previéndose su extinción en un periodo de 10 a 25 años.
Asimismo, el PGS denuncia la intensa y amplia destrucción del hábitat de los grandes simios: las selvas, algo que también afecta muy directamente al clima global y al propio Homo "sapiens".
Además, aunque a algunos les cueste reconocerlo, el Homo sapiens se halla muy emparentado con los grandes simios. Por ejemplo, compartimos con el chimpancé el 99,4 % de los genes. Este pariente nuestro ha aprendido a comunicarse con nosotros mediante el lenguaje de signos. Incluso, en experimentos en laboratorio ha demostrado que es capaz de resolver determinadas operaciones matemáticas con mayor velocidad y precisión que estudiantes universitarios.
Estos argumentos (y muchos más que se podrían citar) justifican sobradamente la sencilla reivindicación del PGS.
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Sorprende que MENÉAME publique que se pretende que los grandes simios sean considerados "Homo sapiens".
El Proyecto Gran Simio sólo reivindica los derechos básicos a la vida, a la libertad y a no ser maltratados ni física ni psicológicamente. Esto se solicita para las cuatro especies de grandes simios, las cuales se hallan actualmente en "peligro crítico de extinción", según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), previéndose su extinción en un periodo de 10 a 25 años.
Asimismo, el PGS denuncia la intensa y amplia destrucción del hábitat de los grandes simios: las selvas, algo que también afecta muy directamente al clima global y al propio Homo "sapiens".
Además, aunque a algunos les cueste reconocerlo, el Homo sapiens se halla muy emparentado con los grandes simios. Por ejemplo, compartimos con el chimpancé el 99,4 % de los genes. Este pariente nuestro ha aprendido a comunicarse con nosotros mediante el lenguaje de signos. Incluso, en experimentos en laboratorio ha demostrado que es capaz de resolver determinadas operaciones matemáticas con mayor velocidad y precisión que estudiantes universitarios.
Estos argumentos (y muchos más que se podrían citar) justifican sobradamente la sencilla reivindicación del PGS.