Pues el problema es precisamente que la gente no suele elegir, de forma que lo que cambia el proyecto actual es lo que se pone por defecto: antes era el del padre, ahora el más bajo en el alfabeto. Antes había poca gente que eligiera, ahora no se sabe si subirá el porcentaje. Es probable que no mucho.
Quienes hicieron el proyecto de ley no sabían mucho de matemáticas, o no se pararon a pensar, o son simplemente tontos de remate. El caso es que aunque haya un cierto porcentaje de gente que ahora cambie los apellidos desaparecerán de forma galopante. Para ver eso más claro es para lo que sirve el simulador.
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Pues el problema es precisamente que la gente no suele elegir, de forma que lo que cambia el proyecto actual es lo que se pone por defecto: antes era el del padre, ahora el más bajo en el alfabeto. Antes había poca gente que eligiera, ahora no se sabe si subirá el porcentaje. Es probable que no mucho.
Quienes hicieron el proyecto de ley no sabían mucho de matemáticas, o no se pararon a pensar, o son simplemente tontos de remate. El caso es que aunque haya un cierto porcentaje de gente que ahora cambie los apellidos desaparecerán de forma galopante. Para ver eso más claro es para lo que sirve el simulador. Aunque cualquiera podría hacer las cuentas sin él, pero es más cómodo hacer un simple clic.