#442 Tú no eres responsable de que te violaran, ni de que te acosaran en el colegio, ni de que te maltrataran emocionalmente... Tú sólo has sido responsable de poner más o menos empeño para salir de la situación autodestructiva a la que otros te llevaron. Si tu doctora decidió no ser autocomplaciente contigo, sus motivos profesionales tendría y, además, acertó porque afortunadamente parece que has superado tus adiciones y depresiones. Pero tú no eres todo el mundo y todo el mundo no es como tú, ni reacciona igual al mismo tipo de terapia. Cada uno sufre el dolor de manera diferente, tiene una madurez emocional y una sensibilidad distinta y posee una capacidad de superación y una resistencia mental particular. Y está el entorno, la presencia de personas en las que apoyarse o lidiar con todo esto que te atrapa tú solo.
Está claro que lamerse las heridas no es la mejor opción, sino la más cómoda, pero no se puede enjuiciar a una persona por no poseer la fuerza suficiente para sobreponerse al dolor y tratar de evadirlo con calmantes, ya sean ansiolíticos, sedantes antidepresivos, somníferos, o maría, coca y demás drogas duras. Al final, todas ellas, tanto las de prescripción médica como las ilegales, enmascaran el problema de fondo, normalmente psicológico, haciéndolo más llevadero y encaminándote al mundo de la adicción. La adicción se puede superar con más o menos fuerza de voluntad, sólo hay que observar los adictos a la nicotina, pero la depresión y otras anomalías psicológicas que normalmente subyacen bajo una adicción no es cuestión sólo de voluntad; cuando tu mente te la juega es difícil reconducirla. Y en el caso de Amy, escuchando lo que canta, creo que había algo más que un problema de adicción.
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#440 Según la Wiki, el victimismo es la tendencia a considerarse víctima o hacerse pasar por tal. Una víctima es quien sufre un daño personalizable por caso fortuito o culpa ajena.
Acepto que siempre podemos elegir si pertenecer al grupo de personas que se dejan llevar por las circunstancias, dejándose vencer por el desencanto de lo que dio de sí la vida, o pertenecer a la estela de los que se resisten a abandonar aquellas otras alternativas que vislumbran más felices. La primera opción implica comodidad e infelicidad, y la otra esfuerzo y recompensa.
Pero soy consciente de que una relación tortuosa puede desestabilizar a una persona más de lo que puedas imaginar. Basta darse una vuelta por un gabinete psicológico… Que a veces la baja autoestima que generan situaciones así o el grado de dependencia que se crea, te cierra la salida y sientes que mueres en el intento de huida. Y depende más de tu fortaleza mental que de tu calidad como persona el superar este bagaje emocional. Para destruir a una persona no hace falta apretar el gatillo y en este tipo de relaciones, siempre hay una víctima y un verdugo.