Rusia debe estar muy desesperada porque este aumento es como una gota en el océano de las pérdidas de capacidad de refinamiento que le están suponiendo tan sólo unos meses de bombardeo ucraniano de sus centrales. Para fin de año va a estar como aquellos anuncios de hace años en los que decían que Europa se iba a congelar.
Cigarrillos mal apagados