Los crucifijos deben estar en las iglesias, donde acuden los creyentes. La religión no es ciencia, es cuestión de fe, y cada cual tiene la suya o ninguna. Y no se habla de los centros privados religiosos, sino de los centros públicos.
Lo peor de todo es ver a esta gente que se consideran hijos de dios, y actúan de la manera más mezquina e indigna, recordando que, en demasiadas ocasiones, las religiones son un vehículo de fanatismos, irracionalidades y opresiones incompatibles con los propios postulados nobles que las mismas postulan.
He aquí los nuevos inquisidores. Seguramente ellos apedrearían a María Magdalena o elegirían a Barrabás antes que salvar a aquel Jesús que contradice la norma establecida.
Y lo de la Junta, es de vergüenza. O de prevaricación, diría. Increíble, con todo lo demás.
En todo caso, mi solidaridad con Fernando Pastor y su familia, que tienen toda la razón del mundo y están sufriendo la persecución de los intransigentes fanáticos fascistas.
CR
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Los crucifijos deben estar en las iglesias, donde acuden los creyentes. La religión no es ciencia, es cuestión de fe, y cada cual tiene la suya o ninguna. Y no se habla de los centros privados religiosos, sino de los centros públicos.
Lo peor de todo es ver a esta gente que se consideran hijos de dios, y actúan de la manera más mezquina e indigna, recordando que, en demasiadas ocasiones, las religiones son un vehículo de fanatismos, irracionalidades y opresiones incompatibles con los propios postulados nobles que las mismas postulan.
He aquí los nuevos inquisidores. Seguramente ellos apedrearían a María Magdalena o elegirían a Barrabás antes que salvar a aquel Jesús que contradice la norma establecida.
Y lo de la Junta, es de vergüenza. O de prevaricación, diría. Increíble, con todo lo demás.
En todo caso, mi solidaridad con Fernando Pastor y su familia, que tienen toda la razón del mundo y están sufriendo la persecución de los intransigentes fanáticos fascistas.
CR