Lo más difícil que hace esa peli es adaptar una historia de posesión típica de tradición norteamericana a una realidad española. Parece fácil, pero hasta hace bien poco el cine de género se le daba fatal al cine español (en general y con honrosas excepciones) y muchas veces resultaba ridículo (¿Os acordáis de "Tuno negro"?.
Entonces llega Paco Plaza y demuestra que se puede hacer terror local con referencias locales y del país, asumir la estética de barrio de los primeros noventa (de formica y hule) , meter una segunda lectura social y encima que te entiendan en todo el mundo. Y sin renunciar ni una pizca a ser género de terror de verdad, sin trampas ni sustos sonoros.
Te podrá gustar más o menos pero eso tiene pedazo de mérito y todo lo bueno que le venga, se lo merece.
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Yo veo todo esto del sobre-envasado en plástico como un cambio en los hábitos de consumo. Antes se iba a hacer la compra varias veces por semana, no demasiada, sólo lo necesario para consumir en los siguientes días. Ahora, por los horarios laborales y su ausencia de conciliación familiar, es mucho más común ir a hacer una macro-compra una o dos veces al mes, y ahí es donde entran los envases de plástico que en principio no parecen tener sentido. Los supermercados saben que muchos de sus clientes son de este tipo, y por eso ofrecen esta opción.
En las tiendas de barrio se mantiene el concepto tradicional de que lo que vas a comprar te lo vas a comer en los próximos días, y por eso la fruta va en una minibolsa de plástico, o la carne en un papel acartonado. El que se haya criado, como yo, haciendo la compra en ese tipo de tiendas, puede entender el tono sarcástico del artículo.