El funcionario en cuestión se habrá enterado por el telediario y le habrán obligado a ponerse las pilas en lugar de ir a comer,
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Opino que más que centrarse en si condenar o no condenar, podrían centrarse en legislar fórmulas para obtener la verdad. Todo esto se solucionaría si se permitiera el uso de métodos (químicos, hipnóticos, etc) de eficacia probada que obligasen a los imputados a decir la verdad en los interrogatorios. Así, aparecen los cuerpos, pues se juzga con las pruebas obtenidas.
Lo que no puede ser es que niñatos que tienen la capacidad de guardarse secretos, vacilen a la policía y a todo el sistema judicial.