Sitges es un pueblo como cualquier otro del litoral de la costa dorada. Tiene un paseo arregladito con una bonita iglesia al fondo, pero la primera línea de mar, lejos de resultar típico, es un conglomerado de casas de lujo mezcladas con mastodónticos hoteles que hacen daño a la vista por lo mal hechos que están. A la que nos adentramos un poco veremos un pueblo decadente como cualquier otro, donde se mezcla la zona arreglada recientemente (la entrada para los que vienen de la autopista) con las zonas más modestas cerca de la estación de tren.
Sitges es un destino para el turismo homosexual, donde se sienten muy a gusto y nadie les molesta. En cuando a la noche, hay la calle más famosa de todas, donde se concentran todos los bares (carrer del pecat/calle del pecado), donde destaca el Parrot's (antaño se celebraban auténticas orgías a pie de calle). Atlántida y Pachá concluyen el tema ocio. Hay un local concurrido, Masajes a 1000, donde un masaje no vale 1000, sino mucho más.
Esto es Sitges para mi.
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Creo sin embargo, como digo más arriba que el mayor problema en contra de la independencia no estaría en España, que tampoco sería baladí, sino del resto de los estados de la Unión Europea, que obviamente no quieren que Escocia se separe del Reino Unido, ni el País Vasco ni los corsos se separen de Francia, ni la Liga norte consiga que el norte se separe del resto de Italia, ni Bavária del resto de Alemania, ni los valones y los flamencos ni, etc.