TRADUCCIÓN: #1
Eran y media de la mañana y, según la versión oficial, una pareja de agentes de la Unidad de Apoyo Diurno de la Guardia Urbana detectó un grupo de vendedores ambulantes entre el restaurante Miramar y el Parque de Bomberos de Montjuïc. Se inició una persecución y, el mantero -de origen paquistanès- habría encarado con ellos y, según la versión proporcionada por los policías, habría herido la pierna de una agente con un arma blanca. A continuación el mantero huyó y saltó "voluntariamente" por un acantilado de treinta metros de altura. Quedó herido muy grave y murió poco después de ingresar en el Hospital del Mar. La pareja de policías involucrados en el incidente eran Rosa Peral y Alberto López, detenidos el pasado el sábado por el asesinato del guardia urbano encontrado calcinado en el maletero de su vehículo en el pantano de Foix hace diez días.
Al tratarse de una muerte en extrañas circunstancias los Mossos abrieron una investigación, pero el expediente se archivó sin ninguna acusación contra los policías. "La investigación se ha iniciado porque la muerte no ha sido natural ni biológica, se sigue el mismo procedimiento que en casos similares. No se informará hasta que se concluya el informe", aseguraron desde la policía catalana en su momento. Fuentes de la Guardia Urbana usaron la palabra "apuñalamiento" para describir las heridas del agente, a pesar de que fue atendida por los servicios sanitarios y dada de alta el mismo día. El punto exacto donde el mantero se precipitó es un camino de tierra muy estrecho. Ninguna cámara de videovigilancia registró la caída y los únicos testigos de los hechos fueron los policías que actuaron.
Un portavoz de los vendedores ambulantes, consultado por la Directa, explicó a mediados del mes de agosto de 2014 que no conocían la identidad de la víctima, pero que durante aquellas semanas se habían vivido "persecuciones, agresiones y situaciones de mucha tensión" con la Guardia Urbana en el centro de Barcelona. Dos meses más tarde, un vendedor ambulante cayó a las vías del metro y quedó herido, también mientras huía de una redada policial. Este segundo incidente no fue informado por el servicio de prensa del Ayuntamiento de Barcelona.
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Eran y media de la mañana y, según la versión oficial, una pareja de agentes de la Unidad de Apoyo Diurno de la Guardia Urbana detectó un grupo de vendedores ambulantes entre el restaurante Miramar y el Parque de Bomberos de Montjuïc. Se inició una persecución y, el mantero -de origen paquistanès- habría encarado con ellos y, según la versión proporcionada por los policías, habría herido la pierna de una agente con un arma blanca. A continuación el mantero huyó y saltó "voluntariamente" por un acantilado de treinta metros de altura. Quedó herido muy grave y murió poco después de ingresar en el Hospital del Mar. La pareja de policías involucrados en el incidente eran Rosa Peral y Alberto López, detenidos el pasado el sábado por el asesinato del guardia urbano encontrado calcinado en el maletero de su vehículo en el pantano de Foix hace diez días.
Al tratarse de una muerte en extrañas circunstancias los Mossos abrieron una investigación, pero el expediente se archivó sin ninguna acusación contra los policías. "La investigación se ha iniciado porque la muerte no ha sido natural ni biológica, se sigue el mismo procedimiento que en casos similares. No se informará hasta que se concluya el informe", aseguraron desde la policía catalana en su momento. Fuentes de la Guardia Urbana usaron la palabra "apuñalamiento" para describir las heridas del agente, a pesar de que fue atendida por los servicios sanitarios y dada de alta el mismo día. El punto exacto donde el mantero se precipitó es un camino de tierra muy estrecho. Ninguna cámara de videovigilancia registró la caída y los únicos testigos de los hechos fueron los policías que actuaron.
Un portavoz de los vendedores ambulantes, consultado por la Directa, explicó a mediados del mes de agosto de 2014 que no conocían la identidad de la víctima, pero que durante aquellas semanas se habían vivido "persecuciones, agresiones y situaciones de mucha tensión" con la Guardia Urbana en el centro de Barcelona. Dos meses más tarde, un vendedor ambulante cayó a las vías del metro y quedó herido, también mientras huía de una redada policial. Este segundo incidente no fue informado por el servicio de prensa del Ayuntamiento de Barcelona.