La Sexta está vulnerando el derecho a la información de la ciudadanía española al ocultar deliberadamente la trama Delorme, en la que estarían implicados destacados actores del poder mediático, empresarial y político, como Antonio García Ferreras, Mauricio Casals, la familia Lara, el Grupo Planeta, Villarejo, Bonilla y las llamadas 'cloacas del Estado'.
Este silencio mediático constituye un grave conflicto de intereses, ya que La Sexta forma parte del grupo Atresmedia, controlado en parte por el Grupo Planeta, propiedad de la familia Lara. Algunos de los implicados en la trama ocupan cargos directivos dentro de este conglomerado o mantienen estrechas relaciones con sus estructuras de poder. En consecuencia, el canal estaría anteponiendo la protección de sus propios intereses empresariales y personales a su deber como medio de comunicación de informar con veracidad e independencia.
La connivencia entre medios, estructuras políticas, policiales y empresariales, tal como sugiere esta trama, no solo pone en riesgo la libertad de prensa, sino que erosiona los pilares fundamentales de la democracia al impedir que la ciudadanía acceda a información clave para formar una opinión libre e informada. Silenciar estos hechos no es neutralidad editorial: es complicidad.