Hace 2 años | Por manuen a elsaltodiario.com
Publicado hace 2 años por manuen a elsaltodiario.com

De a poquito le fue quitando a escondidas dinero a su madre, hasta que las monedas le llenaron el puño y marchó a Madrid para no volver. En el pueblo, “¡el del Crimen de Cuenca!”, ni el cura le daba la comunión, recuerda Jose María Chicote. Y a los 17 años flaquito y solo en el mundo llegó a la capital “como en las películas de Alfredo Landa”, sonríe. Trabajó de botones, en una tienda de electrodomésticos en la misma calle donde mataron a Carrero Blanco, en supermercados… hasta que conoció a Manolo, serio y discreto, montaron una floristería

Comentarios

N

Hay frases para llorar

emmett_brown

Me equivoqué de noticia al ir a comentar. Se puede eliminar un comentario?

valzin

#1 No. Solo puedes editarlo si estás a tiempo, supongo que es lo que has hecho.