Hasta ahora, la posibilidad de hacer un escáner cerebral para analizar la actividad de una persona estaba limitado por un factor: durante la magnetoencefalografía (MEG) ni durante la resonancia magnética funcional el paciente debe estar absolutamente quieto para no distorsionar los resultados. Esta limitación impedía realizar pruebas diagnósticas y de investigación en colectivos tan sensibles como los niños, las personas con autismo o con problemas de movilidad, como los pacientes con párkinson.
Comentarios
Un mortífago!!!
A mi me recuerda a estos.
Pues vale, pues me alegro. Un cacharro precioso y carísimo para una prueba prácticamente inútil.
Sensacionalista y errónea. No habla de una resonancia magnética como lo que hace creer. Es una magnetoencefalografía portatil, que no es lo mismo.
muy fan del diseño de hellraiser.
Ahora bien:
Esta limitación impedía realizar pruebas diagnósticas y de investigación en colectivos tan sensibles como los niños, las personas con autismo o con problemas de movilidad
¿tan mal está la cosa de la educación en general para que los niños tengan que entrar en estos colectivos?
Freezer!